Planteados para ir sin complejos al ataque y caracterizados por la generación de múltiples amenazas de gol durante todo el partido, Real España y Platense le pusieron emoción al desolado estadio Olímpico al protagonizar un vibrante empate a uno.
Desde el primer minuto hasta el 94, el juego presentó a dos escuadras sin temor, que no festejaron en más ocasiones solo porque los tubos también jugaron y porque los porteros tuvieron grandes intervenciones durante todo el encuentro.
Rápidamente llegan las emociones... Esa intensidad se vio plasmada en los minutos 11 y 12, cuando, primero, el horizontal ahogaba un soberbio tiro libre de Julio César el Rambo de León y, después, en la respuesta aurinegra, la escuadra selacia le negaba el festejo a un testarazo potente del uruguayo Claudio Cardozo.
Las emociones habían arrancado y esos avisos dejaban flotando el festejo en el Olímpico, pero, mientras tanto, el meta catedrático Luis López y el escualo José Pineda sacarían sus repertorios para mantener el cero en sus marcos.
El primer exigido fue el portero de la Realeza, que le ganó de gran forma un mano a mano a Rambo (27) y luego, rebasando la media hora, repitió la dosis ante José Casildo e inmediatamente contó con el pecho milagroso de Wilfredo Barahona para evitar que entrara el contrarremate de Javier Estupiñán.
El Rambo arranca el baile
Pero esa suma de ataques no se podía quedar en simples avisos y el Tense sería el encargado de celebrar, después de un claro penal del meta López a Javier Estupiñán que lo había esquivado de gran forma en el palmo a palmo. Entonces, al 59, quién más que Rambo para poner el 1-0 con un disparo rasante y así sacarse su propia coreografía para ponerse a bailar con sus compañeros en el Olímpico.
La Realeza, herida en su amor propio, arremetería la puerta porteña y encontraría la igualdad, pero antes sufriría porque el horizontal devolvía un cabezazo de Bryan Róchez y Pineda volvía a ganarle el duelo a Cardozo en dos oportunidades más...
Pero la arremetida de la Máquina era demasiado feroz y, a falta de dos minutos para el final, el juvenil Róchez ganaba en las alturas para emparejar la obra 1-1 con testarazo que dejó congelado al meta Pineda.