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Honduras a ganar o ganar ante Canadá

Con poco fútbol y muchas ganas, la H quedó a una victoria de la hexagonal. Con un nivel muy por debajo del esperado, el equipo de Luis Suárez fue el que estuvo más cerca del gane.

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13.10.2012

Un 0-0 prefabricado desde el minuto cero y costurado segundo a segundo hasta llegar al 90, dejó a Honduras a un gane de la fase hexagonal y a Panamá clasificado, después de un técnicamente pobre juego desarrollado en el repleto estadio Rommel Fernández...

Al final de cuentas, ha sido el equipo de Luis Fernando Suárez, con un nivel muy por debajo del esperado, el que estuvo más cerca del gane, sobre todo con un intenso final, en donde la Muma Bernárdez y Carlo Costly casi amargan a los panameños; de ahora en más, un gane por cualquier marcador ante los canadienses, el próximo martes en el Olímpico, depositará a la H en la fase hexagonal de la Concacaf.

Un bostezo inmenso...

Adornados con sus mejores hombres, los uniformes de Honduras y Panamá brillaban antes del inicio. Todo fue un simple espejismo. Con planteamientos parecidos, Luis Fernando Suárez y Julio Dely Valdés jugaban a no perder y los arcos lloraban por la falta de emociones de gol.

Vaya pobreza. La ruidosa Panamá apenas inquietaba con un inquieto Armando Cooper, que se deslizaba en medio de los bien plantados zagueros hondureños.

Blas Pérez la fallaba sin portero, al 41, después que un centro de otro sutil desbordador, Alberto Quintero, que Donis no atacó con determinación y, del otro lado, las dos torres Jerry Bengtson y Carlo Costly consumían las fuerzas de Baloy y Torres, en dos duelos de verdaderos titanes en el área local.

Mucha fricción. Mucho cuerpo contra cuerpo. Mucho roce. Poquísimo fútbol. Casi nada para alegrar la garganta que pide gol. Blas Pérez y la Muma Bernárdez recordaban no muy amenamente su paso por Indios de Ciudad Juárez y el Súper Ratón recibía la amarilla, mientras que al juvenil Arnold Peralta se le iban las revoluciones de la pierna derecha y levantaba sin compasión a un panameño.

También miraba la palúdica, mientras la cara de Suárez coincidía con la de Dely Valdés. Satisfacción total con un 0-0 amargo.

Poco fútbol, mucha pata

Con muy poco, minuto a minuto la cancha dejaba el registro de la superioridad histórica de los hondureños. A decir verdad, dejaba el registro de una de las peores versiones de los panameños, por más que Luis Tejada probó los guantes de Donis Escober al primer minuto del segundo tiempo, período que seguía regalando un espectáculo mediocre.

Boniek García se esfumaba y Mario Martínez quería hacerlo todo. Seguían las hostilidades, pero no en las tribunas como se promocionó en la semana, sino en el medio del campo, donde se jugaba con cuchillos, hachas y martillos...

Para entonces, era el típico partido del barrio. El que meta el gol, gana (entiéndase, gana el menos malo). Y Armando Cooper casi despierta a los panameños de una pesadilla.

Se durmió Luis Garrido en la zona neurálgica y Cooper recibió un pase largo que terminó en una masita para Donis. Nada podía levantar a la gente de sus asientos, al margen que los panameños hacían su propio carnaval en las gradas del Rommel Fernández, la caldera que no podía cocinar vivos a los hondureños, que respondían con un zurdazo de Carlo Costly, casi sin querer. Jaime Penedo podía gritar a los estadísticos que tocaba su primera pelota de peligro.

Un minuto después, Boniek García ponía a prueba de nuevo al uno canalero, que mandaba al tiro de esquina. Honduras se atrevía, pero con enormes precauciones defensivas.

La misión era no perder. Y la Muma también quiso su pedazo de protagonismo y, al 86, cobró uno de sus acostumbrados lanzamientos libres y el corazón de los hinchas locales no paró de latir.

Se fue apenitas elevado. Nelson Barahona quiso sorprender por la misma vía en el último suspiro, pero no hubo caso.

Ni Penedo se raspó. Ni Donis pasó sobresaltos. Parecía un amistoso en un escenario eliminatorio. Y todo se definirá en la última fecha. Por ahora, el 0-0 deja a la H con una mochila importante de moral... A ganar el martes sí o sí.