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Copa Libertadores: River y Boca, al partido más importante de su historia

Los Xeneizes persiguen el séptimo título, mientras los Millonarios buscan su cuarta corona

23.11.2018

BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Algún día todos dirán que estuvieron allí. Como en el debut profesional de Diego Maradona o la final del Mundial 1978, en la que Argentina se consagró campeón, el duelo que protagonizarán River Plate y Boca Juniors este sábado en el estadio Monumental por el título de la Copa Libertadores marcará un hito en la historia del fútbol y con el tiempo le surgirán más testigos de los que de verdad asistieron.

Sucede que la final se jugará sin público visitante por primera vez en la historia del certamen continental. Con el flagelo de la violencia en el fútbol sin resolver, los clubes prefirieron no correr riesgos.

Y en medio de tanta efervescencia, que incluyó algún desliz del presidente Mauricio Macri, confeso hincha de

Boca, al cual presidió con éxito durante más de un década, la cuota de madurez y templanza la mostraron los jugadores.

Bajo perfil, sin provocaciones, enfocados en el juego. Al igual que los técnicos, quienes en la antesala de la final han decidido jugar una partida de ajedrez con la formación de los equipos.

Si el análisis debe enfocarse en el último cruce, los millonarios sacan ventaja. Festejaron el empate en la cancha de su clásico rival después de remontar dos veces el marcador y por momentos ejercieron una clara superioridad colectiva. La estadística sustenta su optimismo: ganaron sus tres Libertadores de local.

La fortaleza de Boca se sostiene en la jerarquía de sus atacantes, autores de 14 de los 15 goles en los partidos de eliminación directa de la actual edición del certamen. Dos de ellos fueron anotados por Ramón Ábila y Darío Benedetto en la ida.

Además: Las cinco claves de la superfinal River-Boca de Libertadores

En River, Marcelo Gallardo elucubra cómo atacar con las bajas por suspensión del colombiano Rafael Santos Borré y la lesión de Ignacio Scocco. Al parecer el Muñeco, que ganó la Libertadores como jugador y otra como técnico, se debate entre el colombiano Juan Fernando Quintero y el uruguayo Rodrigo Mora para acompañar a Lucas Pratto.

Los pilares de River son su arquero Franco Armani, quien atajó para Argentina en el Mundial de Rusia; los veteranos zagueros Jonatan Maidana y Javier Pinola; el capitán Leonardo Ponzi, un estratega dentro del campo, y

la velocidad y desequilibrio de Gonzalo Martínez y Exequiel Palacios, dos mediocampistas que con seguridad

dejarán el club a fin de año. El primero con destino al Atlanta United y el juvenil suena como refuerzo del Real Madrid.

En Boca hay varios misterios que van a resolverse cerca del inicio del partido. Agustín Rossi o Esteban Andrada en el arco. El primero fue la figura en el primer cruce con varias atajadas salvadoras.

Mientras Gallardo imagina fórmulas para suplir las bajas, Guillermo Barros Schelotto —campeón continental tres

veces como futbolista— sufre por la abundancia de delanteros. Si bien se desgarró el mediapunta Cristian Pavón, el entrenador tiene para elegir entre Carlos Tévez, que si entra cumplirá 200 partidos con la casaca azul y amarilla, Mauro Zárate y los colombianos Edwin Cardona y Sebastián Villa. Y tiene que definir si juega con Benedetto y Ábila o manda uno a la banca.

Los boquenses se aferran a su mística copera, que supieron construir en gran parte gracias a los cuatro títulos de sus seis títulos continentales que ganaron de visitantes.

Vea: Así sería el 11 titular de River contra Boca

Foto: El Heraldo

El primer round
Desde Mourinho a Bielsa, de Simeone a Maradona. Nadie del mundo futbolero estuvo ajeno al éxtasis del superclásico, y al 2-2 con el que se selló en la Bombonera el primer duelo de la llamada “final del siglo” por los argentinos.

“El equipo respondió de muy buena manera en una cancha siempre complicada y compleja, y en una final”, analizó el Muñeco en su momento.

De su lado, Guillermo Barros Schelotto lamentó que el partido “se nos haya escapado de las manos”, pero prometió que Boca dejará “la vida” para salir campeón.

Boca ha hecho de esta Copa una obsesión, pues persigue el séptimo título para igualar al también argentino Independiente como los máximos ganadores de la Libertadores, mientras que River, que ganó la última hace tres años, busca su cuarta corona. Y es que el superclásico argentino hace parte de la galería de los grandes partidos del mundo entre históricos archienemigos, pero el bonaerense es inigualable por la pasión popular.

“Si perdés no podés salir por tres meses de la casa. Es imposible dar la cara porque el resultado, sea cual sea, te marcará toda la vida”, aseguró el campeón mundial albiceleste de 1978 Américo el Tolo Gallego, exjugador y exentrenador de River, con el que ganó como jugador la Libertadores de 1986.

De interés: Principales datos de River Plate, finalista de la Copa

Uruguayo en la fiesta
El denominado “clásico del siglo” será dirigido por el uruguayo Andrés Cunha, misma nacionalidad de quienes tendrán a su cargo el VAR.

Si se mantiene la igualdad en el marcador, se jugarán 30 minutos suplementarios. De no sacarse diferencia, el trofeo se definirá por tiros desde el punto de penal. A partir de 2019, la final de la Libertadores será a partido único.

El ganador de esta Copa irá al Mundial de Clubes en diciembre, el Real Madrid ya los espera como actual monarca de Europa.