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Luis Enrique vuelve al Barcelona para recuperar la esperanza

El histórico ex futbolista blaugrana será presentado el miércoles por la directiva culé. Luego de dirigir al Celta de Vigo, asume por dos temporadas en medio de una profunda renovación

19.05.2014

Barcelona, España


Su nariz ensangrentada simbolizó la frustración de una selección española condenada al fracaso en la década de los 90. Anunciado este lunes como nuevo entrenador del Barcelona, Luis Enrique vuelve al club de su vida, trayendo esperanza tras una temporada difícil.

Asturiano de 44 años y aficionado al triatlón, Luis Enrique seguía hasta hace poco los entrenamientos de su anterior equipo, el Celta de Vigo, encaramado a un andamio.

En unas primeras semanas difíciles en el club gallego, que dejó este pasado fin de semana, la idea del entrenador sorprendió y provocó mofas. Pero permaneció firme, allí arriba, para observar mejor a sus jugadores.

Y al término de una buena temporada con el Celta, que finalizó noveno de la Liga, acabó por convencer a todos, sobre todo al Barcelona, su equipo como jugador durante ocho temporadas (1996-2004), capitán las dos últimas.

'Exigente', 'intervencionista, perfeccionista, con un punto de obsesión que puede chocar con algún carácter difícil, aunque en el Celta todos han valorado que sea una persona directa y natural', lo describía el diario deportivo catalán El Mundo Deportivo a principios de mayo, cuando los rumores de su llegada al Barça se hacían insistentes.

Afirmando a su llegada al Celta que apostaba por un 'juego asociativo y pase en corto', basado en la posesion del balón, Luis Enrique había admitido antes de su regreso a España desde la Roma que debía mejorar en la faceta defensiva.

Durante su temporada en Vigo, el técnico estuvo identificado 'con valores como la intensidad y el carácter', escribía el diario El País.

Pese a su partida anticipada, un año antes del fin del contrato firmado con el Celta en junio, el entrenador se ganó el reconocimiento del club gallego.

'Que sepas, Luis, que tienes las puertas de este club abiertas', le dijo su presidente, Carlos Mouriño, antes de abrazarlo el 16 de mayo cuando el 'Lucho' anunció que se iba.
- Abucheado por la afición del Real Madrid -

Luis Enrique vuelve a su gran amor: el Barcelona, del que fue uno de los jugadores emblemáticos antes de conducir, como entrenador, al filial del Barça hasta la segunda división en 2010, hecho inédito en once años.

Fue en el banquillo de este filial donde comenzó su carrera como entrenador, en 2008, tomando el relevo de Pep Guardiola cuando éste se fue para dirigir al primer equipo.

En 2011 dejó el club y entrenó a la AS Roma durante la temporada 2011-2012.

Muestra de su fuerte carácter, capaz de erizar a algunos, tuvo problemas en la capital italiana con el ídolo del club Francesco Totti.

'Totti no es un jugador como los otros, es especial, único', había admitido el español en septiembre de 2011, antes de asegurar: 'pero soy yo el que decide quien sale al campo. Es mi derecho, incluso si me equivoco'.

Antes de convertirse en entrenador, Luis Enrique había jugado en el Sporting de Gijón (1989-1992) antes de dar el salto a los dos grandes españoles; el Real Madrid (1992-1996) y después al Barcelona, donde se consagró con 109 goles en 300 partidos.

Y el paso entre los dos históricos rivales no lo hizo con dulzura.

Convertido en acérrimo 'culé' barcelonés, renegó públicamente de su etapa madridista, afirmando que no le traía buenos recuerdos. Y se ganó así la ira de los aficionados 'merengues', que lo abucheaban con ganas cuando vestía la camiseta azulgrana.

Con la selección española, Luis Enrique logró el oro olímpico en Barcelona-1992 y fue 62 veces internacional (12 goles).

Durante uno de esos partidos, en cuartos de final de la Copa del Mundo de 1994 en Estados Unidos, Luis Enrique recibió un codazo del italiano Mauro Tassotti que le rompió la nariz.

La imagen de Luis Enrique, con lágrimas en los ojos y la camiseta blanca manchada de sangre cuando el árbitro no pitó el penal, se convirtió en el amargo emblema de una selección española que parecía condenada al fracaso, hasta que inició su época gloriosa en 2008.

Ahora le toca guiar al Barcelona para que recupere el camino de la victoria.

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