Las fallas geotécnicas no son un mito en la capital, son una realidad palpable que como un fantasma resurgen con la llegada del invierno.
A escasos días de que inicie esta época, los deslizamientos e inundaciones reviven en el pensamiento de miles de familias que habitan en zonas de alto riesgo.
Y es que cada temporada de lluvias las historias se repiten en las mismas colonias en las que sus pobladores se enfrentan a la activación de las fallas, al riesgo de perder sus hogares o sus vidas.
200 fallas geotécnicas
Los estudios del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) revelan que existen 200 fallas geotécnicas identificadas en diferentes puntos del Distrito Central.
Estos fenómenos han retornado la angustia y la zozobra en zonas como El Reparto, La Canaán y La Obrera, que cada año sucumben ante la madre naturaleza.
Denis Fúnez, asesor en gestión de riesgo del organismo internacional, detalló que en los últimos 20 años en la capital se han registrado 51 desastres naturales, entre sismos, inundaciones y deslizamientos, los que han dejado severas secuelas en los movimientos del suelo.
La Alcaldía reporta al menos 22 fallas geológicas que amenazan a los capitalinos, y apenas en tres se han ejercitado obras de mitigación.
“En la capital las fallas que con el paso de los años han provocado más daños se encuentran ubicados en lugares como El Berrinche, El Bambú, La Obrera, El Reparto, José Ángel Ulloa, Brasilia, Campo Cielo, Villa Unión, San Martín, Zapote Norte y Centro, El Bosque, Buena Vista, Canaán, La Guillén, La Miramesí, Flor del Campo, Centroamérica, Las Torres, Los Robles y La Nueva Esperanza”, pormenorizó Fúnez.
Según informó con los trabajos de mitigación, estas fallas no han avanzado en su peligrosidad, pero no significa que están controladas.
Alerta temprana
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la UNAH, durante el 2011 la precipitación de lluvias en Tegucigalpa fue de 1,200 milímetros. Esa cantidad de agua superó el promedio histórico anual, que es de 869 milímetros.
La copiosidad del invierno que se avecina podría ser igual o mayor, por lo que el riesgo de activación de las fallas es latente.
Sin embargo, y a pesar de la enorme cantidad de fallas que hay en la capital, los puntos que más han sido atendidos por ser considerados de alto riesgo son el cerro El Berrinche, El Reparto, La Obrera y El Bambú y la colonia Canaán.
La necesidad de realizar obras de mitigación comenzó en 2010 con las gestiones realizadas por la Alcaldía ante la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (Jica).
Fue así que en diciembre de 2011 la Alcaldía y la empresa Hazama Corporation firmaron en Tokio, Japón, un contrato por 870 millones de yenes, equivalentes a 228 millones de lempiras, que incluye las obras de mitigación en El Reparto.
Según expertos, los trabajos han avanzado en un 20 por ciento y la obra consiste en la construcción de las rutas de acceso al sitio y la instalación del sistema de vigilancia. Además están las perforaciones verticales de los pozos de infiltración que ya se iniciaron.
Estos pozos permitirán la succión del agua lluvia para que no ocasione daños en el sector y de esta forma los capitalinos no estén expuestos a los efectos de las fallas que se traducen en deslizamientos de suelo.
Asimismo, el PNUD, en lo que va de este año, ha entregado cinco obras que benefician a más de 500 familias de las colonias El Edén, Altos del Edén, Altos de la Cabaña, José Ángel Ulloa y Cantarero López.
Las construcciones de muros, cunetas, pasos peatonales, gradas, y pequeños sistemas de drenaje buscan salvar vidas humanas y evitar pérdidas económicas.
El funcionamiento de estas obras fue supervisado por expertos del PNUD, quienes constataron la funcionalidad de los sistemas de drenaje construidos en las zonas.
El propósito de este trabajo es evitar la acumulación de aguas lluvias y aguas grises para impedir la saturación de suelos.
En el caso de la colonia Canaán, una zona considerada de alto riesgo, el subgerente del Comité de Emergencia Municipal (Codem), Julio Quiñónez, reconoció que no existe por los momentos inversión de infraestructura a parte de los trabajos que se realizan a lo interno de la escuela Enmanuel.
Detalló que los avances reales que existen en la zona se han realizado con miembros de la comunidad en colaboración con JICA, a través del proyecto Bosai.
No hay capacidad
La cantidad de zonas de riesgo de activación de fallas geológicas y los fondos que se necesitan para dar atención a estos problemas no son equivalentes, reconoció Juan Diego Zelaya, vicealcalde municipal. “Este gobierno municipal ha centrado sus esfuerzos en crear una cultura de prevención y hemos avanzado mucho”, consideró.
No obstante, destacó los esfuerzos que hace la corporación municipal para dar respuesta a la población a través del Codem.
No obstante y pese a todo este esfuerzo, las obras no son suficientes para terminar con esta pesadilla que deben de enfrentar los capitalinos.
“En obras de mitigación de desastres se puede decir que se ha avanzado en un 20 por ciento a nivel local, ya que no es posible tener la captación suficiente de fondos para atender todas las necesidades que hay”, reveló.
Por esta razón, los esfuerzos se centran en la aplicación de sistemas de alerta temprana y la concientización de lo importante que es salvar la vida antes que un bien material.
Antes de que llegue el invierno, las autoridades municipales han comenzado a verificar el buen funcionamiento de los sistemas de alerta temprana instaladas en cinco puntos de la ciudad, entre ellos el barrio Los Jucos, El Reparto, El Edén y la Flor del Campo.