Tegucigalpa

Repitencia escolar supera el 6% de todos los alumnos matriculados en el último quinquenio

La motivación del estudiante y del docente son fundamentales, pero la realidad en los centros educativos refleja números importantes para los tres primeros grados de educación primaria y secundaria
18.09.2023

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los días le resultan monótonos, la voz del profesor agrava sus oídos, su atención se enfoca en los dibujos inconclusos de su cuaderno y las clases ya no le apasionan.

Fernando Martínez tiene 15 años y es la tercera vez que repite séptimo, pero nada le motiva a seguir adelante.

Con una voz ligera dice: “Estos viejos solo tareas dejan y no enseñan nada. No me gusta venir a clases porque no veo nada diferente, y uno quisiera tener computadoras o aprender al furioso, pero todo es la misma papada de siempre”.

Este problema educativo de la repitencia no solo le afecta a él, ya que en pleno 2023, más de 14,782 alumnos están retrocediendo en sus aprendizajes.

Según el informe del Sistema de Administración de Centros Educativos (SACE), en el último quinquenio, es decir, desde 2018 hasta hoy, un total de 98,604 jóvenes tuvieron que regresar al grado o curso donde comenzaron su año estudiantil.

Si comparamos este número con la matrícula de estos cinco años, que supera el millón y medio, el resultado revela que los estudiantes que repiten curso representan más del 6.44% de todos los alumnos que asistieron a clases.

Según expertos en materia educativa, social y económica, esto es claramente un signo de “retroceso y de alerta”.

María Gonzales, pedagoga, afirma que “la repitencia escolar es un indicador de la falta de adaptabilidad de nuestro sistema educativo. Necesitamos una enseñanza más personalizada y estrategias pedagógicas que se ajusten a las necesidades individuales de los estudiantes”.

Además, se le consultó sobre el porqué séptimo, octavo y noveno de secundaria, así como primero, segundo y tercer grado de primaria, son los niveles en los que hay un mayor número de alumnos repitentes, Gonzales responde que: “La presión académica y social ejercida sobre los estudiantes en estos grados es considerable. Se espera que mantengan un alto rendimiento para poder avanzar, y esto puede generar una gran ansiedad en los infantes”.

En concordancia con la opinión de la pedagoga, Marcos Rodríguez, psicólogo infantil, asegura que la repitencia puede estar relacionada con “problemas emocionales y de salud mental en los estudiantes de estos grados”.

Además indica que “necesitamos un enfoque más holístico en la educación que incluya el apoyo psicológico y emocional para los alumnos en riesgo”.

Las cifras revelan que durante esta última media década, un total de 137,856 jóvenes cursaron séptimo grado, de los que el 14.46%, es decir, 19,940 estudiantes, repitieron este curso.

En caso de primaria, segundo grado repunta la lista con 126,244 alumnos, en donde el 5.06% , o sea, 6,393 de los niños también regresó a este nivel para volver a estudiar.

Pero, ¿afecta a la economía la repitencia de estos estudiantes y significa algo malo para las familias de bajos ingresos?

La respuesta es sí, ya que, según el criterio del economista Óscar Turcios, la alta tasa de repitencia tiene un impacto económico significativo.

Turcios afirma que “cuando un alumno repite curso, se están desperdiciando recursos de formación y también se reduce el potencial de cada individuo para contribuir a la economía”, y agrega que “cuando un padre vuelve a matricular a su hijo en el mismo curso, los gastos son iguales y no hay cambio alguno; un año de estudio perdido es un año de trabajo tirado a la basura”.

También hay que destacar que este retroceso estanca las oportunidades de empleo para cada joven que no puede culminar con éxito sus asignaturas o sus grados académicos.

El sociólogo Carlos Fúnez apunta que “conseguir empleo en este país ya es difícil por sí solo, y mucho más complicado si usted no tiene las habilidades necesarias.

El sistema educativo hondureño presenta esta deficiencia, ya que califica a un estudiante únicamente por su nota, en lugar de evaluar sus capacidades. El que saca 100 es igual al que saca un 60, solo que uno tiene un número mayor, pero los dos pueden aprender”.

Agrega que la solución a la repitencia educativa se puede lograr reduciendo la desigualdad económica y proporcionando un acceso equitativo a los recursos educativos.

Al querer profundizar más en este tema EL HERALDO buscó la reacción de las autoridades de la Secretaría de Educación, pero no se obtuvo respuesta.