Tegucigalpa, Honduras.- Los avances en la construcción de edificios en Honduras y Centroamérica han marcado una tendencia hacia la verticalidad, en respuesta a la escasez de tierra y la necesidad de optimizar inversiones urbanas.
Este fenómeno ha transformado los paisajes de ciudades como Tegucigalpa, donde se construyen altos rascacielos como la Torre Atlas, desarrollada por Grupo Celaque.
Actualmente, este coloso de acero y cristal -que sobresale con una altura de 136 metros en 42 niveles- lleva un avance del 70%. Este gigante que desafía los cielos capitalinos se posiciona como el edificio más alto del Triángulo Norte de Centroamérica.
De acuerdo con datos consultados por este rotativo, la entrega del edificio está prevista para julio.En diciembre de 2024, la Torre Atlas culminó la construcción de los niveles alcanzando su altura final.
En la actualidad, los trabajos se concentran en los acabados interiores y la instalación de ventanería en los pisos inferiores, mientras que los niveles superiores aún avanzan en obras de albañilería.
El rascacielo está diseñado para ser un edificio de uso mixto, con áreas para comercio, residencias, clínicas y oficinas. Este enfoque refleja una tendencia global en la arquitectura vertical, donde se busca integrar varias actividades para maximizar la funcionalidad de los espacios.

Un reinado temporal
Según el urbanista Allan Rivera, experto en edificios verticales, los estándares para considerar un edificio como rascacielos varían según el contexto.
“En países desarrollados se consideran rascacielos a partir de los 150 metros, mientras que en países en vías de desarrollo, como los del Triángulo Norte, el rango se reduce a 100-150 metros”, explicó.
Antes de la construcción de la Torre Atlas, Honduras ya contaba con el edificio más alto de la región: Nuevos Horizontes, en San Pedro Sula, con 135 metros y 35 pisos.
En Guatemala, el edificio más alto es Torre Sekkei, con 103 metros y 28 niveles, mientras que en El Salvador, la Torre Millennium lidera con 125 metros y 30 pisos.
Rivera, quien también forma parte del foro Sky Scraper City, señaló que el liderazgo de Tegucigalpa en cuanto a edificios altos podría durar unos tres años.
“En Guatemala, ya se están proyectando desarrollos que alcanzarán los 150 metros en los próximos años”, afirmó.
Este panorama refleja el dinamismo de las construcciones verticales en las principales ciudades del Triángulo Norte de Centroamérica, donde la construcción de rascacielos se ha convertido en una muestra del progreso urbano y económico.

Poco espacio
El exdirector de Ordenamiento Territorial y Obras Civiles de la Alcaldía Municipal del Distrito Central, Roberto Zablah, consideró que la tierra cada vez es más escasa, lo que ha motivado la construcción de edificios verticales.
“Es un fenómeno que está ocurriendo en cualquier latitud del mundo”, aseguró. Con la construcción de estos edificios se aprovechan más las áreas y se optimizan las inversiones.
“Tenemos que ir pensando y creciendo de forma vertical, aprovechando esas inversiones y dando mayor capacidad de utilización”, explicó.
El exfuncionario refirió que Tegucigalpa sigue el mismo rumbo del boom de los edificios altos.
“Pero ojo, Guatemala avanza de forma agresiva y El Salvador también avanza de esa manera, lo que significa que este boom le puede durar a Tegucigalpa unos tres años”, coincidió Zablah.
Construcciones como la Torre Atlas y otras más que están en proceso son el reflejo de la transformación de las construcciones a nivel mundial.
La verticalidad de estos colosos de acero es la respuesta a la necesidad de adaptarse a la escasez de espacio y al dinamismo económico donde el cielo será el límite de nuevos espacios