En el inicio de la conmemoración de la Semana Santa, la basura se convirtió en una invitada indeseable.
Y es que las calles y avenidas de la capital, especialmente las del centro histórico, amanecieron completamente sucias, lo que no deja una buena imagen de la ciudad para los más de 300 mil turistas que visitan la capital para participar de los actos religiosos. La feligresía que participó en la procesión del Domingo de Ramos, igual que los visitantes, tuvo que sortear las montañas de basura.
El barrio Abajo, a inmediaciones de la iglesia El Calvario y parque Herrera, el punto de partida de la procesión que recuerda la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, era uno de los sectores que se encontraban contaminados de desechos sólidos.
Igual de invadidas estaban zonas aledañas a la Catedral San Miguel Arcángel, avenida Miguel Paz Barahona y otras donde la basura ocupaba las aceras.
“No se concibe cómo la Alcaldía y el Departamento de Desechos Sólidos, que son los encargados de abordar estos problemas, no hagan nada para dar respuesta, no podemos seguir dando esta imagen del país”, declaró Eloisa Alvarenga, feligrés que acompañaba la procesión.
Hace unos meses, cuando EL HERALDO denunció el problema de contaminación en el centro histórico, se informó que el mismo iba a ser controlado a través de una ordenanza municipal. Pero la ley local nunca entró en vigor, por lo que los propietarios de los establecimientos comerciales de la zona sacan los desechos a cualquier hora del día.
A la fecha no se hace nada por cumplir la disposición y la capital, especialmente el centro histórico, continuamente muestra su cara sucia.
Y fue hasta el final de las procesiones que se procedió a limpiar las calles.