Sucesos

Ministerio Público encabeza investigaciones de fatídico entrenamiento en la ANAPO

La muerte de dos aspirantes a oficiales de policía ha causado consternación y se pide que se investiguen los hechos
13.09.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un equipo especializado de la Fiscalía Especial de Delitos contra la Vida, la Agencia Técnica de Investigación y la Fiscalía Local de La Paz encabezan las investigaciones relacionadas con la confusa muerte de dos aspirantes a oficiales en la Academia Nacional de Policía (Anapo).

Los fiscales de investigación realizarán 30 diligencias que, entre otras, consisten en tomar declaraciones de testigos, inspecciones en los predios de la academia y análisis de los resultados de las autopsias de las personas fallecidas.

Las víctimas, identificadas como Jairo Josué Martínez Cruz, de 28 años, y Ronal Javier Coello Coello, de 34 años, eran empleados de la Secretaría de Seguridad y perdieron la vida después de realizar un fatal entrenamiento en las instalaciones de la institución policial el domingo, por una supuesta intoxicación al lanzarles gas lacrimógeno.

Martínez Cruz era técnico en informática, residente en la colonia Las Brisas de Comayagüela y laboraba en el departamento de Telemática de la Secretaría de Seguridad, y Coello Coello era abogado y se desempeñaba como procurador legal de la Secretaría de Seguridad en el departamento de Copán.

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Familiares y amigos llevaron arreglos florales al velatorio de Jairo Martínez.

Enredado caso

Las autoridades de Seguridad, encabezadas por la viceministra Julissa Villanueva y el director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez, comparecieron públicamente ayer y más bien enredaron más el caso.

Los funcionarios, pese a la denuncia de los familiares, negaron que los aspirantes a oficiales auxiliares hayan recibido maltrato. “En ningún momento hubo intoxicación alguna por gas lacrimógeno”, señalaron en un comunicado leído por las autoridades.

Los fiscales a cargo de la investigación aseguraron que constarán las declaraciones de los dos funcionarios con los hechos suscitados la tarde del domingo.

Seguridad informó que en la Academia Nacional de Policía un grupo de jóvenes aspirantes inició a correr en la pista de usos múltiples, minutos después de comenzar, dos personas del sexo masculino se sintieron mal de salud, por lo que fueron trasladadas a centros asistenciales, posteriormente se recibió información de que habían fallecido.

Jairo Josué Martínez expiró en el Hospital Roberto Suazo Córdova de La Paz, mientras que Ronal Javier Coello fue trasladado al Hospital Militar, donde murió.

En el mismo hecho, un total de 34 personas resultaron afectadas, a las cuales fue necesario ingresar a un centro asistencial.

“Todos los aspirantes a oficial de policía que iniciaron las actividades físicas, una vez que se sintieron afectados en su salud, fueron trasladados a una clínica para su estabilización e hidratación”, dice el comunicado que fue leído por Gustavo Sánchez, director de la Policía Nacional.

Detalló que “en todo momento se ha recomendado a los aspirantes a oficiales no ingerir bebidas energizantes antes de los ejercicios físicos”, pues Villanueva agregó que el consumo de ese tipo de bebida pudo ser la causa de muerte de las dos personas, pero eso está en proceso de investigación por parte de las autoridades competentes.

“Reiteramos que el gas lacrimógeno es de uso exclusivo en entrenamientos antimotines, para aprender cómo colocarse la máscara antigás y no desesperarse en momentos de control de disturbios civiles”, insistió.

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Julissa Villanueva visitó a los intoxicados en el hospital.

Director separado

Después de lo ocurrido en la Anapo, las máximas autoridades determinaron que “se suspende del puesto de director de la Academia Nacional de Policía al comisionado Marlon Vásquez Palma, para que se pueda realizar una investigación objetiva”.

Las autoridades están a la espera de un informe forense para verificar las posibles causas por las cuales fallecieron estas dos personas, por lo que la Inspectoría General de la Policía, Fiscalía y Dirección de Asuntos Disciplinarios Policiales (Didadpol) realizan las investigaciones relacionadas con el fallecimiento de los dos empleados de la Secretaría de Seguridad y aspirantes a oficiales de la Policía Nacional.

En las redes sociales se filtró un video que muestra a los aspirantes a oficiales de policía corriendo y cargando sus maletas. El material gráfico fue cuestionado por defensores de derechos humanos, entre ellos el presidente del Codeh, Hugo Maldonado, quien lo calificó como “fatal y criminal”.

El cuerpo de Jairo Josué Martínez Cruz fue trasladado desde La Paz a la morgue de Medicina Forense, donde se le practicó la autopsia y en horas de la noche del domingo fue entregado a los familiares para su velatorio. La tarde de ayer se realizó el sepelio en un cementerio de la capital.

Leonardo Martínez, padre de Jairo Martínez, denunció que su hijo tenía golpes en la parte superior de la cabeza. “Deben ver que estos jóvenes traen golpes en la cabeza, en la parte superior, en la frontal. El Ministerio Público debe analizar esto”, detalló el acongojado padre.

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Leonardo Martínez recibe las condolencias por la muerte de su hijo Jairo.

Aunque por ahora se desconocen las verdaderas causas del deceso, don Leonardo mantiene la esperanza de esclarecer la situación con los resultados de la autopsia, los que tardarán entre dos y tres semanas.

Las personas que resultaron afectadas fueron identificadas como Allan Edgardo Maradiaga, Leonel Bladimir Izaguirre, Leonardo Fabio Orellana, Isbeli Marbella Flores Romero, Kevin Mejía, Oneyda Concepción Espinoza, Cheyla Orellana, Mirna Isabel Palomo, Orlin Cruz, Lester Rivera Ramírez, Otoniel Banegas y Sergio Izaguirre.

De acuerdo con personal médico del Hospital Roberto Suazo Córdova, todos ellos ya se encontraban estables al momento de ser trasladados al Hospital Militar en la capital.

El proceso para formar parte de la Policía como oficiales inició el domingo 11 de septiembre en las instalaciones de la Anapo. Más de 500 aspirantes llegaron en compañía de sus familiares para ingresar a la sede policial y convertirse en subinspectores en el área auxiliar.

En las afueras de la Anapo las escenas eran conmovedoras, pues los padres, hermanos y demás seres queridos abrazaron a los aspirantes antes de despedirse, sin imaginar lo que iba a ocurrir horas más tarde.

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