El nuevo Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que verá luz en 2014, reflejará la realidad, no será más machista ni más sexista, solo un reflejo de los tiempos que vive la sociedad en la actualidad.
Aunque esa es la visión de los expertos, el escritor Jorge Luis Borges tenía la suya. La prueba es que en una ocasión se burló de la publicación al decir, con su característica inclemencia, que “cada nueva edición hace añorar a la anterior”.
Aunque según un artículo publicado por diario El País, eso no ocurrirá con la versión vigésimo tercera, que saldrá a finales de 2014. Al menos desde el punto de vista del sexismo. Algunas de las acepciones más señaladas por su sesgo machista desaparecerán. Ya no será más huérfano quien pierda al padre que a la madre. Lo femenino no equivaldrá a débil y endeble, ni lo masculino a varonil y enérgico.
Tampoco babosear tendrá entre sus variadas definiciones la de “obsequiar a una mujer con exceso”.
De acuerdo a la publicación del diario español, en las casi 93,000 entradas que recogerá la nueva obra se incorporarán enmiendas en los nombres de profesiones o actividades que desempeñan mujeres.
“La edición de 2014 tendrá miles de novedades, algunas tan minúsculas que los lectores no las van a captar”, precisa su director, el académico y catedrático de Lengua Española, Pedro Álvarez de Miranda.
“Se trata de que el Diccionario sea mejor, no menos machista, sino de que lo que diga sea verdad. Parece que solo actuamos a instancias de parte y no es así… no se cambia por protestas sino porque no es verdad. Lo que no se puede pretender es cambiar la realidad a través del Diccionario. Si la sociedad es machista, el Diccionario la reflejará. Cuando cambia la sociedad, cambia el Diccionario”, añade.
EL CONTENIDO
El diccionario incorpora acepciones que proclaman el sometimiento de las mujeres como la citada babosear o las ningunean como ocurre con huérfano. Hasta la versión de 1925, la definición es impecable y mantiene con mínimos matices la introducida en el siglo XVIII por los primeros redactores: “La persona que ya no tiene padre, o madre, o le falta uno y otro”. Es en el siglo XX cuando se añade la nota de que convierte a alguien en más huérfano si pierde al padre que a la madre.
Aunque hay opiniones encontradas. De acuerdo a Eulalia Lledó, catedrática de Lengua y Literatura de secundaria, el diccionario está a años luz de la sociedad. “Arrastra una inercia que parece que les gusta. Una de las misiones del Diccionario es reflejar la realidad. Si lees las definiciones de madre, padre o huérfano verás que no la reflejan. El androcentrismo y el sexismo son tópicos que contravienen la realidad”, detalla la experta.
La publicación detalla que a la RAE, que ahora desterrará estas definiciones de su principal obra, le ha costado dar el paso, a pesar de que ya en la década de los ochenta encargó a tres expertas (entre ellas Lledó) un informe para detectar sesgos sexistas con vistas a mejorar la edición de 2001. “Del trabajo que hicimos, apenas recogieron cosas. Creo que cuando vieron la envergadura, decidieron cambiar poco. Pagaron por un trabajo que tiraron”, recuerda la filóloga.
El sexismo del lenguaje comenzó a combatirse a nivel internacional en la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en 1975. No es exclusivo de las lenguas latinas. El inglés arrastra sus prejuicios. En un artículo de hace unos años, Deborah Cameron, profesora de Lengua y Comunicación en la Universidad de Oxford, citaba fireman (bombero), gestada a partir de la palabra man (hombre), y sustituida por el integrador firefighter tras presiones de movimientos feministas. Dicho lo cual avisaba de que la lengua corre libre: “Las instituciones pueden legislar sobre el lenguaje, pero las reformas solo funcionan si la mayoría de los hablantes las aceptan. La gente nunca consulta a las autoridades antes de abrir la boca”.
Esa definición que apoya Lledó cae como anillo al dedo a unas declaraciones que dio hace unas semanas el escritor colombiano Fernando Vallejo al diario El Clarín, donde destaca que la RAE ha publicado veintidós ediciones de un diccionario “acientífico, monárquico y clerical, que del español que se habla aquí, en estas tierras, no sabe un carajo, y en el que llama ‘americanismo’ a las palabras y giros propios del español americano”.
Sin importar cuál sea la reacción, en 2014, con motivo de su tercer centenario, la RAE publicará la edición número 23 de su diccionario. La primera edición del DRAE fue publicada en 1780 y la edición más reciente es la 22, de 2001.