El salar de Uyuni es el desierto de sal más grande de la Tierra con sus 10,500 kilómetros cuadrados. Y la maravilla geológica de América del Sur es tan plana que la NASA utiliza su superficie para calibrar sus órbitas de los satélites.
El suelo es tan plano que cuando llueve, no hay ningún lugar para que se drene el agua y como consecuencia se crea un efecto de espejo que refleja el cielo.
El efecto lo convierte en un impresionante espectáculo para los visitantes debido a que asemeja a un gigante espejo por sobre el cual se puede transitar y apreciar su propia figura desde la planta de los pies.
Existen de forma aproximada 11 capas con espesores que varían entre los 2 y 10 metros de sal en el lugar.
La costra que se encuentra en la superficie tiene un espesor de 10 metros. La profundidad del salar es de 120 metros, la cual está compuesta de capas de salmuera superpuestas y barro lacustre. Esta salmuera se compone de litio, boro, potasio, magnesio, carbonatos (bórax) y sulfatos de sodio.
Un mineral muy interesante es la ulexita, “piedra televisión”, es transparente y tiene el poder de refractar a la superficie de la piedra la imagen de lo que está abajo.
A este salar se le considera como la mayor reserva de litio, aunque es de muy difícil extracción por la falta de agua.
El litio puede ser el sustituto energético del petróleo. Es también uno de los principales destinos turísticos de Bolivia.