Tegucigalpa, Honduras.- La fila para ingresar se hace cada vez más corta cuando se avecina la apertura de “Abracadabra” , el espectáculo que mezcla magia, circo y baile en un solo escenario, bajo una misma carpa.
La alfombra, la música y las luces conducen a los asistentes hacia un universo de fantasía en donde lo imposible se vuelve posible. Afuera, el bullicio de la ciudad sigue su curso, pero dentro de Tihany Spectacular el tiempo parece hacer una pausa para dejar que los niños sean más niños que nunca y los adultos vuelvan a serlo.
La zozobra ante lo desconocido anticipa que lo que está por venir no es simplemente entretenimiento en vivo, sino una experiencia sensorial cuidadosamente orquestada al más puro estilo de Las Vegas.
La iluminación se atenúa y el murmullo colectivo se apaga. El telón se abre como un secreto bien guardado y desde entonces la magia cobra sentido o, mejor dicho, todo lo demás lo pierde.
Atrapado por el vértigo, la belleza, la música y los colores vibrantes, el público comienza a ser parte de la capacidad humana de jugar con la realidad y la imaginación.
Trapecistas que se lanzan al vacío con confianza ciega, un malabarista que burla las leyes de la física con su acto único en el mundo, contorsionistas que moldean sus cuerpos despojándose de la anatomía básica. Todo en Tihany es abundancia visual.
El silencio del público se rompe, no con palabras, sino con una exhalación compartida: asombro puro. Y cuando la ocasión lo permite, la comedia se gana un espacio y ofrece un homenaje al más tradicional estilo circense, a carga de un simpático payaso que, sin decir una sola palabra, se desprende y multiplica las risas.
Pero el espectáculo no estaría completo sin él: el mago Marco Strapazzon , con una presencia elegante y teatral, quien hace aparecer y desaparecer personas y objetos de gran tamaño en cuestión de segundos, frente a una audiencia que no alcanza a entender lo que observa. Una vistosa asistente entra en una caja, y cuando esta se abre alguien más la ha reemplazado.
En otro instante los niños forman parte del espectáculo, aprendiendo a hacer su primer truco de magia con tal inocencia que el ambiente se enternece al calor de los aplausos.
Todo ocurre con una fluidez que desafía la lógica. Así se vuelve precisa una pausa, como respiro entre el vértigo de los actos mayores. Pero solo por un momento, porque la función debe continuar.
Y cuando las luces vuelven a encenderse, cuesta un poco volver a la realidad. Porque por un instante, todos los presentes —sin importar su edad— han vuelto a creer en la magia.
Tihany Spectacular toma lo mejor del circo clásico y lo funde con tecnología, arte visual y una puesta escénica propia del teatro o los grandes musicales.
Cada detalle —el vestuario, la música, los efectos especiales— está diseñado para sumergir al espectador en un estado de asombro constante.
El montaje escénico trasciende el concepto de carpa y se adentra en el territorio del ilusionismo escénico. Durante más de dos horas, los asistentes convergen en una atmósfera que retribuye la nostalgia e integra los avances de la ciencia.
En su regreso a Honduras 20 años después y en medio de su gira mundial por sus 70 años de fundación, Tihany reúne a más de un centenar de personas de 25 nacionalidades, incluidos 50 artistas, en un espectáculo multicultural que, de momento, trae a Centroamérica actos premiados en festivales de circo alrededor del mundo y los monta bajo “la carpa de los sueños”.
Últimos días
Los horarios para asistir a las funciones en Tihany Spectacular son: martes, miércoles y jueves a las 7:00 p.m.; viernes y sábado a las 4:00 y 8:00 p.m.; y domingos a las 11:30 a.m., 3:00 y 7:00 p.m.
Los preciosde las diferentes localidades oscilan entre los 600 y 1,900 lempiras. Pero la compañía anunció un 40% de descuento para estas últimas funciones. Tihany está a punto de partir a Nicaragua.
Encuentre los boletos en eticket.hn y en la taquilla presencial del circo.