Tegucigalpa, Honduras.- Cuando Pablo Zelaya Sierra regresó a Honduras tras doce años en España, trajo consigo no solo las obras que expondría en su regreso al país, sino también un escrito: “Apuntes a lápiz”.
Este sería el manifiesto de su tránsito por el arte, un texto atemporal que se puede analizar a la luz del siglo XX y XXI, tal y como lo ha hecho el crítico de arte Carlos Lanza en el libro “Apuntes a lápiz, la concepción estética de Pablo Zelaya Sierra”.
Sobre este libro, las motivaciones y reflexiones, conversamos con el crítico de arte.
Usted presentó este libro centrado en el pensamiento estético de Pablo Zelaya Sierra ¿Qué lo motivó a rescatar específicamente este documento ("Apuntes a lápiz") en la historiografía del arte hondureño?
“Apuntes a lápiz”, es hasta ahora el único manifiesto de la pintura hondureña que se haya escrito desde la década de los años treinta del siglo XX; la intención del maestro era que este manifiesto fuese el texto del catálogo para la gran exposición que deseaba hacer en Honduras cuando retornó en 1932, pero su muerte temprana se lo impidió.
A pesar de que el escrito se había publicado en algunos espacios editoriales, el mismo había quedado en el olvido, como en el olvido había quedado la figura de Zelaya Sierra.
Las nuevas generaciones no conocían este documento, tampoco había sido objeto de estudio en la Escuela Nacional de Bellas Artes, mucho menos había sido tema de reflexión por parte de los artistas e historiadores del arte y la cultura; esta realidad que he descrito me motivó a estudiar el texto.
Un documento que después de leer en diferentes momentos, me llevó a comprender la dimensión de sus ideas en el mundo del arte. Es un texto corto, pero con una densidad argumental muy profunda y que recoge el legado de la pintura moderna visto desde la perspectiva de un artista hondureño que se formó en la academia española y en los talleres de los grandes maestros de la vanguardia artística de ese momento.
El manuscrito "Apuntes a lápiz" data de 1932, y ha sido descrito como un manifiesto fundamental ¿Qué contenidos principales contiene este texto y cómo revela la relación entre el arte y la visión pedagógica de Pablo Zelaya Sierra?
Usted ha señalado algo muy importante y muy valorado en el arte contemporáneo, me refiero a la dimensión pedagógica del arte.
Todo el manifiesto escrito por Zelaya Sierra es un documento de carácter pedagógico. Uno de los aspectos claves del texto es el rescate del arte clásico como tránsito para comprender la lógica del arte de vanguardia que para Pablo Zelaya, en ese momento, era el cubismo.
Zelaya fue a lo clásico no para quedarse allí sino para comprender los aspectos sustanciales del clasicismo que aún perduraban en el arte de vanguardia con el fin de renovarlo.
Otro aspecto central es la idea de pintura pura, es decir, el hecho de reivindicar el lenguaje artístico por encima de los contenidos o narraciones temáticas, no es que el tema no le importara, pero solo tenía sentido si era traducido con propiedad por las formas del lenguaje específico del arte.
Finalmente tiene un apartado sobre lo que debe hacerse en Honduras y allí, entre otras cosas importantes que señala, lo central es crear la Escuela Nacional de Bellas Artes de Honduras, fue precisamente él quien en 1921, elaboró el futuro plan de estudios de la actual ENBA.
¿Qué impacto académico y cultural ha tenido la presencia de “Apuntes a lápiz” en generaciones de estudiantes y artistas?
Hasta ahora no ha tenido impacto, al principio señalé que el maestro fue olvidado por décadas, recién en los últimos años se ha venido recuperando su legado histórico.
El hecho de que el Congreso Nacional lo declarara Benemérito de la Patria en el 2024, y que este año la Secretaría de Educación haya declarado el año de las artes en su memoria y que mediante oficio haya establecido que la graduación 2025 lleve su nombre, ha contribuido a reivindicar su nombre y su historia.
El aparecimiento de mi libro, más otro que ha publicado recientemente el sociólogo Rolando Sierra Fonseca, abren las puertas para que las nuevas generaciones de artistas valoren su pensamiento y su práctica artística, seguimos esperando más publicaciones y espero que las academias vuelquen su interés investigativo hacia la figura de Pablo Zelaya Sierra.
¿De qué manera la concepción estética de Pablo Zelaya Sierra dialoga con el arte del presente en Honduras?
Debo ser muy sincero, en la actualidad, en términos generales, no existe ese diálogo entre el pensamiento estético del maestro y las nuevas generaciones, he visto dos exposiciones en homenaje a él que son deplorables.
Pero tampoco quiero ser injusto, hay artistas que inscriben sus proyectos artísticos bajo las mismas coordenadas o principios creativos que el maestro postuló en “Apuntes a lápiz”, pero son casos aislados, por eso digo que este es un diálogo pendiente.
Todas las academias, me refiero a Bellas Artes, la carrera de arte de la UPNFM y la que recién se acaba de aprobar en la UNAH, deben estudiar ese manifiesto porque allí están los fundamentos esenciales que un artista visual debe considerar para darle sentido y solidez a su trabajo artístico.
Como crítico e investigador del arte hondureño ¿Qué espera que genere este libro en lectores, artistas emergentes e instituciones dedicadas a la cultura?
Quisiera que mi libro en principio generara inquietud, acercamiento o curiosidad; lo digo con mucha sinceridad porque eso fue lo que me llevó a conocer y estudiar este manifiesto, después vino el interés genuino de estudiarlo cuando esa inquietud me advirtió que estaba frente a un texto portentoso, increíblemente bien argumentado y contextualizado en su época.
A los artistas emergentes, a los investigadores en general les digo: No pierdan la oportunidad de descubrir la grandeza intelectual de un artista como Pablo Zelaya Sierra, sus ideas deben ser el soporte de una renovación estética y cultural en el país.