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Sabios mayas celebran inicio de un nuevo ciclo

Mayas festejan el 21 de diciembre como un nuevo amanecer en una playa cubana
y se preparan para despedir al “abuelo sol” en cinco ciudades de Guatemala, consideradas sagradas.

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16.12.2012

Los científicos de la NASA lo consideran solo el final de un calendario y el inicio de otro. Para la iglesia Católica “ni siquiera vale la pena discutir” las predicciones de apocalipsis basadas en interpretaciones del calendario maya, que marcan el 21 de diciembre como el fin del mundo. Esto en palabras del principal astrónomo del Vaticano, el padre José Funes, director del Observatorio de la Santa Sede.

Pero para los mayas nativos, es un día de agradecimiento, de dar la bienvenida a una nueva etapa, a un nuevo amanecer.

Y es justamente ese final de un ciclo y no el fin del mundo lo que celebraron en una ceremonia tres sabios mayas en Cuba, quienes elevaron plegarias y quemaron frutas y flores, a la orilla del mar frente a una hoguera a la que llaman “fuego sagrado” .

Elevando sus brazos y sus manos hacia el cielo, los guatemaltecos Pedro Celestino Yac, Rosalina Tuyuc Velázquez y María Faviana Cochoy hicieron sus peticiones a la tierra y al mar, ante el fuego sagrado para invocar los favores de los dioses.

El 21 de diciembre finaliza el 13 Baktun, el ciclo más largo de 5,200 años en el calendario maya. Al día siguiente comienza el nuevo Baktun, o ciclo de 400 años.

“El 21 es el día de agradecimiento y gratitud, en tanto el 22 da la bienvenida al nuevo ciclo, a un nuevo amanecer”, explicó Pedro Celestino. Rosalinda Tuyuc recalcó que “nosotros venimos aquí para decirle a la humanidad que el mundo no se termina, porque los que se terminan son los seres humanos”.

En la playa de Bacuranao, a unos 20 kilómetros al este de La Habana, los tres sabios mayas eligieron este jueves, “día de Kan”, que es “el del movimiento, representado por la serpiente sagrada, energía que rige la vida de los líderes, de las personalidades y del gobierno”, según Pedro Celestino. El mes de los mayas tiene 20 días y a cada uno corresponde una celebración.

LA CEREMONIA. Pedro Celestino, vestido con camisa azul marino, pantalón negro y un pañuelo blanco y rojo en la cabeza, instaló a orillas del mar el centro de la ceremonia, un círculo formado con palos cubiertos de resina de árboles, cáscaras de frutas, rodeados con flores de cuatro colores, el blanco (símbolo del viento), morado (en vez de azul y símbolo del mar), amarillo (la tierra) y rojo (el fuego).

“Estamos en un momento de conexión profunda, vinimos a compartir el fuego sagrado y a darle ofrenda a la madre tierra y al mar”, explicó Pedro Celestino, en español, a unas 200 personas que asistieron a la ceremonia.

Piñas, plátanos, guayabas, cocos, toronjas (pomelos), tomates, maíz, puros, miel, arroz, frijoles, harina y velas de distintos colores son las ofrendas que a lo largo de la ceremonia, besaron una a una antes de lanzarlas al fuego o al mar.

“El fuego es sagrado requiere una concentración total”, manifestó Pedro Celestino, quien junto a Rosalinda y María invitó a los presentes a tocar “la tierra con las manos para agradecerle de todo lo que dio”.

Los tres sabios mayas pidieron a los presentes que apaguen cámaras, grabadoras y celulares porque según Pedro Celestino, “ninguna energía negativa puede interferir con el sagrado fuego”.

Es la primera vez que se realiza este tipo de ceremonia en Cuba. Lo hicieron “invitados por la Casa de Las Américas que tiene un programa de estudios sobre culturas originarias de América que trabaja para dar a conocer las realidades y la producción cultural de estos pueblos”, explicó Jaime Gómez, director del programa.


CELEBRACIÓN AUTÉNTICA. Y es que fuera de la explotación comercial que se está haciendo de esta actividad, la misma Premio Nobel de la Paz 1992, la guatemalteca Rigoberta Menchú, aseguró que “la celebración auténtica” de los mayas “no la va a ver el mundo”. “Hay dos celebraciones aquí, la celebración auténtica de los mayas es parte de nuestra vida privada de los mayas. Nosotros vamos a despedir al abuelo sol y lo vamos a despedir de distintas y de miles de formas”, dijo a la AFP Menchú.

El solsticio de diciembre coincide con el fin de la llamada cuenta larga, el ciclo de 5,200 años del calendario maya y el inicio de una nueva era. Pero distintos grupos lo interpretaron como una profecía del fin del mundo, algo que incentivó su explotación comercial.

“A mí no me importa lo que va a hacer el gobierno, ni Inguat (Instituto Nacional de Turismo), ni lo que va a hacer el Ministerio de Cultura. No nos importa lo que haga el Estado, lo que nos importa es el grado de espiritualidad con que vamos a celebrar estos días”, destacó Menchú.

Los mayas tienen planificada una celebración paralela a la oficial en cinco ciudades consideradas como sagradas y en seis lugares naturales relacionados a la cosmovisión maya.

El gobierno del presidente Otto Pérez tiene prevista actividades en 13 sitios arqueológicos mayas, el principal en Tikal, unos 530 km al norte de la capital.

El calendario maya está conformado por 18 meses de 20 días cada uno, más el ‘Wayeb’, el mes sagrado de cinco días. El ‘Baktun’ es la unidad más larga de este sistema y equivale a unos 400 años. La gran era incluye 13 Baktun’, un período de 5,200 años.

La cultura maya tuvo su mayor esplendor entre el 250 y 900 d.C., hasta que entró en una etapa de decadencia en el período entre 900-1200 d.C.

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