Se reunió por última vez con los cardenales y luego de pedirles unidad, se asomó al balcón de la Plaza San Pedro para anunciar que dejaba de ser Papa para convertirse en “peregrino”.
La renuncia inédita del cardenal Joseph Alois Ratzinger, Benedicto XVI, la cuarta en casi 600 años de historia de la Iglesia Católica, ha conmocionado al mundo durante más de quince días.
Medios internacionales publicaron portadas y preparan reportes sobre el cónclave donde el Colegio Cardenalicio elegirá al sucesor 266 del apóstol Pedro.
Mientras miles de fieles católicos de todo el mundo oraban por el sumo pontífice que dirigió los destinos de la Iglesia romana, el cardenal camarlengo Tarcisio Bertone cerró los aposentos papales y los miembros de la guardia suiza cerraron las enormes puertas de la residencia de verano de Castel Gandolfo, donde el papa se instalará durante dos meses, mientras está listo el monasterio vaticano que será su casa de retiro.