Una tienda de ropa de Toronto ha creado una línea de trajes antibalas de tres piezas para empresarios y ejecutivos que viajan a zonas peligrosas, inspirándose en el estilo de James Bond.
David Tran, al frente de los proyectos especiales de la marca Garrison Bespoke en la ciudad canadiense, ideó el traje tras conversar con un cliente que acababa de regresar de un viaje en el extranjero durante el que fue tiroteado.
“Hemos querido crear un auténtico traje de James Bond”, afirmó Tran, para quien el invento es innovador en un sector textil.
Este diseño especial ha dado numerosos dolores de cabeza a los modistos, ha supuesto enormes desafíos tecnológicos ya que, por ejemplo, es imposible utilizar el kevlar, el material con el que se confeccionan los chalecos antibalas, al ser demasiado voluminoso.
Ante este problema, la empresa logró llegar a un acuerdo con uno de los suministradores del Ejército estadounidense, que facilitó material a las fuerzas especiales desplegadas en Irak, reveló Tran, aunque rehusó dar el nombre de las compañías contactadas.
Los trajes cuestan unos 20.000 dólares y están confeccionados a partir de seis hojas de nanotubos ultra ligeros, introducidos en el forro de la chaqueta, que ofrecen protección a cuchilladas y balas de pequeño calibre pero no restringen los movimientos de quien los viste. Los potenciales clientes de estos trajes trabajan en las finanzas, la minería o el sector petrolero.
“Varios nos han confesado que cuando están en zonas peligrosas están nerviosos”, lo que puede tener “un impacto a la hora de participar en reuniones estratégicas de alto nivel”, precisó el experto.
Además, es básico que la protección “sea discreta”, de lo contrario transmitiría un “mal mensaje, el del miedo, lo que perturbaría la confianza” entre las partes, explicó.