Nada más dimitir a su cargo, Silvio Berlusconi tendrá que conformarse con su inmunidad de diputado para hacer frente a sus juicios pendientes, como el escándalo sexual Rubygate, porque habrá perdido las ventajas de que gozaba como primer ministro italiano.
El Cavaliere está actualmente encausado en tres procesos.
El más mediático es el Rubygate, en el que se le acusa de pagar a una menor marroquí, conocida como Ruby, a cambio de servicios sexuales. Se le acusa también de abuso de poder, por intervenir ante la policía de Milán para que liberara a Ruby, tras su detención por un robo en mayo de 2010. Por otro lado, en el caso Mills, es sospechoso de haber pagado 600,000 dólares a su exabogado británico David Mills, en los años 90, para que diera un falso testimonio. Por último, en el proceso Mediaset, Silvio Berlusconi está acusado de haber inflado artificialmente los precios de los derechos de difusión de películas para constituir una caja negra en el extranjero, reducir sus beneficios en Italia y pagar menos impuestos.
'El problema de verdad para Silvio Berlusconi es que su coalición ya no tiene fuerza en el Parlamento para aprobar leyes que lo habrían ayudado, como la del proceso abreviado, o la relativa a la limitación de las escuchas telefónicas', explica un cronista judicial que prefiere guardar el anonimato.
La llamada ley de 'proceso abreviado' habría permitido al jefe de Gobierno poner fin al proceso Mills antes del veredicto en primera instancia, que se espera en enero. La ley sobre las escuchas le habría ahorrado, en el caso Rubygate, la embarazosa exposición mediática de sus conversaciones con mujeres que participaron en sus ya célebres fiestas.
'No hay que olvidar que seguirá siendo jefe de Gobierno mientras su sucesor no haya jurado el cargo, lo que puede llevar algo de tiempo', apunta el cronista judicial. En ese caso, Berlusconi podrá valerse del 'impedimento legítimo' para no ir a las audiencias.
Su dimisión, además, 'no cambiará gran cosa, porque hasta ahora no ha invocado mucho el impedimento legítimo, y gozará de la inmunidad parlamentaria'. Esta le permitirá hacer valer sus obligaciones como diputado para no asistir a las audiencias, apunta una fuente judicial cercana al caso.
'La gran urgencia que debe resolver Silvio Berlusconi podría ser, el año próximo, la condena en casación de Marcello Dell’Utri, por complicidad con la mafia. Y si Dell’Utri se pone a hablar...', añade el periodista especializado Paolo Biondani.
Un testigo del proceso Dell’Utri afirmó que el Cavaliere, al igual que Dell’Utri, es un 'interlocutor privilegiado' de la mafia siciliana a nivel político.
Marcello Dell’Utri, un senador siciliano que fue un estrecho colaborador de Silvio Berlusconi durante años, fue condenado en apelación en junio de 2010 a siete años de prisión, por complicidad con la mafia. El veredicto definitivo de la corte de casación se espera en la primavera de 2012.
Se cierra el telón.
Protagonista de una carrera triunfante iniciada hace 17 años, el fenómeno Silvio Berlusconi, que encarnaba el éxito, el poder y el dinero, se desmoronó frente a una crisis económica sin precedentes y por sus propios demonios. 'El Truman show se acabó', sentencia en primera página Barbara Spinelli, editorialista del diario La Repubblica (izquierda), quien resume 'el berlusconismo' como un 'espectáculo cautivador', en el que 'la apariencia se apropia de la realidad' y termina por 'beberse el cerebro' de su creador.
El éxito de ese fenómeno se toca con la mano en los tres canales de televisión de su imperio Mediaset, en las que dominan los programas como Gran Hermano, llenos de 'velinas', es decir de bellas chicas casi desnudas como decoración.
'Paradójicamente', Berlusconi se lanzó al ruedo de la política como el hombre que combatía el sistema de corrupción político denunciado con la operación Manos Limpias, que comenzó al inicio de la década de los 90 y que arrasó con la clase política de entonces, recuerda la filósofa milanesa Roberta di Monticelli.
'Aterrizó como el hombre nuevo y les prometió a los italianos que los ayudaba a hacer negocios como él hizo y que se iban a repartir todos la torta', explicó en una charla con la AFP.
Pero la torta se desmoronó con la crisis económica. 'Ha sido el castigo por jugar con sueños y realidad. El populismo de Berlusconi estaba basado en promesas, optimismo, espectáculo y buen humor', explicó el renombrado filósofo Giacomo Marramao.
'Cuando se moviliza al pueblo con la manipulación de los deseos y no en base a su propia historia, las promesas no se pueden cumplir, todo se derrumba', sostiene. Tras arrasar en las elecciones de 2008 con un caudal de votos sin precedentes, 'Il Cavaliere', de 75 años, sale de escena con una popularidad en bajada, que este mes alcanzó el 22%, su mínimo histórico, mientras era reprendido y amonestado por sus pares internacionales.
'Encarnaba la imagen del éxito', resume el sociólogo Antimo Farro.
LA CRISIS, SU RUINA.
Pero el mundo a su alrededor cambió, sus colegas europeos intercambian sonrisas burlonas cuando se habla de su credibilidad, su imagen de eterno playboy bronceado se envejeció y el mundo entero sigue el juicio que le adelantan por prostitución de una menor durante sus festines privados al ritmo de 'bunga-bunga'.
'Su condición de hombre poderoso, rodeado siempre de bellas mujeres, pasó al de millonario viejo verde, que tiene que pagar a jóvenes prostitutas para tener compañía', subraya Farro.
Los escándalos sexuales en los que ha estado involucrado han irritado al electorado católico y la jerarquía de la Iglesia local soporta cada vez menos a su aliado en la defensa de la lucha contra la eutanasia y la manipulación genética.
¿Con la renuncia anunciada de Berlusconi desaparece el 'berlusconismo'?
La respuesta es compleja, según los expertos consultados.
'La lógica a favor del individualismo y del desprecio de las leyes ha calado en la gente, cunde entre los administradores locales, tanto que el territorio está devastado', sostiene Roberta di Monticelli.
Para la filósofa, 'una minoría creciente no soporta más la cultura de la obscenidad' y ahora le toca a los políticos y a la sociedad civil comenzar 'con una nueva moral'. Mientras, en las calles, el italiano medio resulta escéptico.
'Berlusconi es solo la punta del iceberg. Sus sucesores son tan corrompidos e incapaces como él', responde el joven empleado Andrea, interrogado en una calle de Roma.
LA HEROÍNA.
Manuela Arcuri, actriz y modelo de 34 años, considerada desde hace tiempo como una de las mujeres más sexis y guapas de Italia, se ganó la admiración de miles porque le dijo 'no' a la propuesta del primer ministro.
La negativa tajante de la actriz a prostituirse con El Cavaliere brilla con luz propia, por su excepcionalidad, en los cinco ficheros que contienen las 5,000 páginas del auto judicial que llevó a los fiscales de la localidad italiana de Bari a acusar a ocho personas de suministrar prostitutas a Silvio Berlusconi.
Según las pruebas que han reunido los magistrados, y que incluyen 100,000 interceptaciones telefónicas, más de 35 chicas -todas ellas guapas, jóvenes, delgadas y deseosas de triunfar- aceptaron entre 2008 y 2009 satisfacer los deseos sexuales de Silvio Berlusconi a cambio de ser remuneradas en dinero o en especies (léase contratos en televisión, alquileres gratuitos...). Algunas eran prostitutas profesionales, otras simples aspirantes a convertirse en estrellas sin muchos escrúpulos a la hora de vender sus favores. Sin embargo Manuela Arcuri se resistió y dijo no.