Varios hombres vestidos de diablos saltan sorteando varios grupos de bebés recostados en colchones en una calle de la localidad de Castrillo de Murcia, España.
Esta actividad que parece una locura forma parte de El Colacho, una fiesta que se celebra este mes coincidiendo con el Corpus Christi y que atrae cada año la atención de centenares de turistas.
La celebración tiene dos protagonistas principales y peculiares: El Colacho (representa al diablo cubierto con una máscara, vestido de amarillo y rojo con una castañuela en la mano) y el Atabalero (lleva una casaca larga y oscura con un sombrero de copa y sostiene un gran tambor).
Ambos personajes, que son la burla de los niños y que responden con azotes, participan en la procesión que sale de la Iglesia de Santiago.
Ese día, los vecinos adornan sus casas y colocan altares, frente a los que se colocan colchones sobre los cuales y momentos antes de la llegada de la procesión, se acuesta a los niños nacidos en el año. Las niñas que han recibido en el año la Primera Comunión le tiran flores a los niños.