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La casa de Cabañas, convertida en museo

El tesoro invaluable que guarda celosamente el hogar del “Soldado de la Patria”, ejemplo de honradez, será expuesto en tres salones del museo que lleva su nombre.

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16.09.2012

Unas viejas escaleras, un techo tapizado de grietas por donde se colaba la lluvia y el viento y un suelo marchito, era todo lo que quedaba hace unos años del hogar donde vivió el prócer hondureño José Trinidad Cabañas.

Esa vieja casa ubicada en el centro histórico de la ciudad colonial de Comayagua permaneció en el escalofriante olvido durante muchos años hasta que salió a la luz un proyecto con el que hoy se ha logrado convertirla en un museo que cuenta la historia del “Caballero sin tacha y sin miedo”, del hombre ejemplo de honradez que gobernó Honduras de 1852 a 1855.

La iniciativa de restaurar la Casa de José Trinidad Cabañas surgió hace tres años como una manera de preservar el patrimonio histórico de la ciudad y del país y, de rendirle un homenaje a un ilustre hondureño que luchó junto a Morazán por lograr la independencia de España y unir a Centroamérica en una sola nación fuerte.

El entusiasmo de diversas instituciones culturales de la ciudad logró plasmarse en un ambicioso proyecto auspiciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional, la municipalidad de Comayagua, El Instituto Hondureño de Antropología e Historia y el gobierno central que inició en el año 2000 con la intervención de la vieja casa y que dieron sus frutos en lo que hoy es un museo que muy pronto estará abierto al público.

Proceso de restauración.

El inmueble se encontraba en proceso de deterioro paulatino, siendo las principales causas el colapso de la estructura del techo, la contaminación de los repellos y adobe causada por la infiltración de humedad.

Producto del desuso y abandono, la maleza había provocado daños y deterioro de los muros especialmente por enraizamientos de hierbas en los mismos y el deslizamiento y desprendimiento de varios segmentos de la estructura, cuyo proceso de restauración, que comenzó en 2000, culminó en 2009.

Para llevar a cabo el proceso de rehabilitación y restauración se tomó en cuenta la investigación arqueológica que se realizó en 2002, en esta se corroboró el dato encontrado en la ficha de inventario que indica la existencia de un cuadro en el ala sur de la casa que en algún momento se derribó. Actualmente es el salón 03 y el estacionamiento.

La remodelación de la casa se hizo con el más mínimo cuidado de preservar su estilo original, por lo que los cambios no fueron drásticos, sin embargo se respira un ambiente agradable y lleno de vida.

HISTORIA DEL INMUEBLE. “La casa de Cabañas era muy sencilla, recordando que aunque fue Presidente de la República, jamás tuvo la intención
de enriquecerse económicamente a costillas del pueblo, no obstante era una casa donde la tranquilidad y la paz inundaba la ciudad, el olor a rosas era impregnante y se sentía con el vaivén del aire, sin duda alguna que las paredes
extrañan a sus moradores como la lluvia a la ventana en la noche ”, explica el historiador hondureño Rafael Flores.

Construida entre 1774 a 1875, la casa es una belleza arquitectónica de la época colonial. El inmueble de un solo nivel, tiene una impresionante fachada con grandes ventanales, techos altos de teja que hacen del lugar un espacio agradable y lleno de frescura. Internamente posee una ordenada distribución entre las enormes columnas de madera.

El legado de cabañas

La casa-museo está dividida en varias áreas: la oficina administrativa, el salón 01, salón 02 y Salón 03, el estacionamiento, el
corredor, la cisterna y el patio interno.

En los tres salones, el público podrá apreciar las pinturas y la historia
de los grandes protagonistas de la historia de Honduras como: Francisco Morazán, José Cecilio del Valle, Dionisio de Herrera, José Trinidad Reyes y Lempira entre otros.

La mayor parte del contenido del museo retrata los personajes y hechos históricos pre y pos independentistas.

En una sala especial se exhibirán las diferentes etapas de la vida personal y pública de Caba­ñas, desde su nacimiento en Tegucigalpa, el 9 de junio de 1805 hasta su muerte en Comayagua el 8 de enero de 1871, ciudad donde descansan sus restos en la iglesia San Sebastián.

Considerado modelo de constancia, de honradez y de valor, Cabañas inició sus años de instrucción en el Colegio Tridentino de Comayagua, donde estudió gramática latina, teología y filosofía.

Su vida militar comenzó con la Batalla de La Trinidad donde acompañó a Francisco Morazán y le siguieron Las Charcas, Espíritu Santo y San Pedro Perulapán en El Salvador.

Su legado como Presidente de Honduras, desde donde incentivó la instrucción pública, la agricultura y la minería. Y además realizó esfuerzos significativos para mejorar el cultivo del café.

O su labor en defensa de la educación con la imposición impuestos a la exportación de ganado y madera para establecer las primeras 50 escuelas públicas pagadas por el erario nacional.

Hasta su vida personal casado con Petronila Barrios de Cabañas con quien procreó tres hijos.

Luego de su muerte, el gobierno de Honduras le otorgó el título de “Soldado de la Patria” y El Salvador nombró Cabañas a uno de sus departamentos, en su honor.

El museo tendrá además un espacio dedicado a la vida y obra de los presidentes que ha tenido Honduras desde antes de la independencia hasta la vida democrática.

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