La Educación Alternativa no Formal (EANF) es desconocida, incomprendida y por lo tanto no valorada y/o marginada. Particularmente, prefiero denominarla Educación Complementaria No Titulada (ECNT). De forma fácil, la EANF es todo tipo de educación ofrecida-demandada, fuera o dentro del sistema educativo primario, secundario y universitario, que no es objeto por Ley de la obtención de un título formal, que no permite alcanzar ni continuar grados, ni es obligatoria de un nivel a otro. De ahí que, la EANF no titula, pero sí educa y sobre todo siempre civiliza (en esto último supera a la educación formal). Lo no formal es una in-titulación que tiene que ir quedando en desuso, puesto que -aun eso que llamamos educación no formal- tiene la obligación formal de trazar un plan de estudio, una gestión curricular, mallas curriculares, “syllabus” y programas analíticos (implica unos tiempos, una sistematicidad, un perfil de ingreso y egreso, conocimientos, procedimientos y actitudes). Cualquier programa educativo no formal que no se rija por ello es carente de calidad. También, lo alternativo, más en este Siglo XXI que la educación es para toda la vida, es una aberración categorial. En su origen, la educación alternativa fue para dar acceso a aquellos que no eran atendidos por la educación formal; por ello la connotación de alternativa, de oportunidad, de un por lo menos, como si la EANF fuese de poco valor. En pleno año 2013, más que alternativa, lo que tiene que imponerse es una “educación inclusiva”, que no quede apenas en brindar educación, y que se responsabilice por incluir a los ciudadanos (y no al simple alumno, egresado y profesional) en sociedad, en el mercado, en la participación política. A futuro, la EANF también puede ubicarse al final de la vida educativa, donde a pesar de tener el máximo grado educativo (doctorado), se puede ser objeto, -y así efectivamente lo es- de tener más y más aprendizajes por estos medios no formales. Esto tiene que ir contrariando la lógica única de la linealidad. Las instituciones educativas no están facultades para impartir educación por debajo de su nivel, pero los “aprendices eternos” sí pueden bajarse en niveles, ya sean para cubrir rezagos o para ajustarse a las exigencias, y la necesidad de actualización. Ejemplo: a todo estudiante de nivel primario siempre le vendrá bien un curso base (alternativo, no formal, complementario, no titulado, inclusivo) de lectura, escritura y matemáticas (así sea en sexto grado); lo mismo a un estudiante de secundaria (así sea en quinto año) le viene bien –siempre- un curso mínimo de civismo; a un estudiante universitario (aunque sea de los últimos años – que ya se sienten profesionales) le asienta un curso práctico en una encubadora o una empresa; un profesional así sea graduado de doctorado siempre lo encaminará o lo completará un diplomado, un curso de experto universitario o una especialidad. En esto, aquella educación referida como no formal se convierte en perfecto complemento. Vemos que la EANF no solo es en el nivel comunitario, para voluntarios, líderes y fuerzas vivas; también los universitarios tienen que hacer su plan de educación no formal en paralelo.
Hablando de universitarios, el 20 de agosto de 2013, los estudiantes de la Licenciatura de Administración y Gestión de la Educación de la UPNFM han desarrollado el Foro “El estado del arte de la Educación no Formal en Honduras”; y esta es mi abogacía por una revalorización de la EANF (a petición de Evelyn López, docente organizadora del foro): En primer lugar, sugiero ir eliminando barreras y fronteras entre las nociones formal y no formal, y en vez de diferenciación, deben probarse mecanismos de complementariedad. Conocemos de la educación formal, educación no formal y la educación informal. Sugiero denominarlas educación titulada, educación no titulada, e información educacional. Debemos salir de los encasillamientos fundantes que sugieren “miseria intelectual” y limitan el “evidentismo de lo no formal”. El cambio de denominación obligaría a cambio de contenidos, estrategias, metodologías, intenciones, enfoques. Sacaría a la educación formal de su tradición y convencionalismo. Todo lo contrario: la educación no formal no es tradicional; es creativa y referencial; es puntual e integral; es coyuntural e histórica; es comprometida y no personalizada. Con respecto a la educación informal que tenemos, esta se me asemeja a la “pésima educación”: es todo lo brindado desde la opinión mediática de radio, periódico, televisión e Internet. Pues, la EANF –en su práctica- también sirve para enrumbar la “pésima educación” de la educación informal: la EANF convierte la opinión mediática en opinión pública. Eso antes se llamaba conciencia política –conciencia ciudadana. Necesitamos “otra educación”, otros parámetros, otros estándares de calidad, otros fines; y en eso, un punto fuerte de partida es por el eslabón de la EANF.
Me ha tocado ver de cerca a la EANF y aprender de eso que llamo otra educación. Por cierto, inicié mi vida académica, muy joven, en Nicaragua, siendo profesor de un Programa de Educación de Adultos con el Método de Paulo Freire. Luego, en el año 2001-2002 fui Diseñador de Contenidos en Desarrollo Local en Unitec. La última experiencia directiva en el campo de la EANF fue en 2005-2006 como Investigador Adjunto de Coneanfo (Comisión Nacional de Educación Alternativa no Formal). Me obligo a decir unas pequeñas líneas de cada experiencia. Antes, felicito a los estudiantes de la UPNFM que le preguntan a Coneanfo, Infop y Amhon ¿cuál es el estado del arte en la EANF en Honduras?, y sientan posición, agregándole a la pregunta que la respuesta esperada es a fin de promover el desarrollo integral de nuestra sociedad. Me sumo a ello: la EANF es para el desarrollo integral.
Bien; en cuanto a EANF y educación de adultos, la intención no es vencer la ignorancia (la gente analfabeta no necesariamente es ignorante). La intención es despertar los anhelos, las aspiraciones, la vivacidad, el acto de ciudadanía, de revalorizarse como personas. Pude ver como la EANF (educación de adultos) era el eslabón faltante para descubrir a un artista, a un técnico, a un artesano, a un microempresario, a un líder, a un ciudadano útil para los suyos y los demás. Algo que me ha sorprendido en este campo es poder constatar ¿cómo un niño puede alfabetizar a un adulto?; y ya solo esa condición de adulto del educando hace que su educador-niño también aprenda. Aquí hay dos cosas: la alfabetización y la civilización. Perfectamente la persona analfabeta puede estar más civilizada que su profesor-educado. Esto es el Método Dialógico de Paulo Freire: No se enseñan solo letras y trazos, se enseñan “símbolos significantes”, que no las reviste la tinta ni el papel… es el medio; lo que vale es el entorno, lo que vale es comprender su modo de convivencia, de relacionarse, de valorar a los demás, de valorarse a sí mismo, de autosignificarse y autoreferenciarse. No se trata de Yo sí puedo escribir. Se trata de Yo ya soy y yo puedo ser. Diré esta oración venida del aprendizaje en Freire, aunque no tengo espacio para explicarlo: es enseñar la geocultura, para que cada quien descubra su síntesis cultural. En Nicaragua la EANF erradicó el analfabetismo.
El otro tema es la EANF y el desarrollo local: sencillamente, en Honduras no habría desarrollo local sin la EANF. Es desde la EANF que se educa y civiliza a los alcaldes. En los municipios recónditos de Honduras –cada vez menos- se eligen alcaldes analfabetos, y casi siempre sin solventar la condición de analfabetismo, es a través de la EANF que logran poder -ya estando en el cargo- comprender de qué se trata la responsabilidad asumida. Eso era lo que hacíamos en aquel momento en Unitec desde la Vicerrectoría de Desarrollo Municipal y con financiamiento de USAID. Como Diseñador de Contenidos en Desarrollo Local me enfrascaba en proporcionar temas impactantes, más resolutivos que polémicos, un manual ligero, aliviado por la profundidad didáctica, temas estructurales abordados en coyuntura, ceñidos al marco legal de actualidad, con carácter propositivo, enunciativos de políticas municipales. Todo esto está en el ideario académico de todas las instituciones del país que brindan EANF ligadas al desarrollo municipal. En cambio, desde las universidades la oferta es limitada: destaco el Técnico en Desarrollo Municipal en la UNAH, la Licenciatura en Gerencia Social en la UMH, y la Maestría en Turismo y Desarrollo Local en Unitec.
En Coneanfo, junto con Olga Mendoza de Pauck, realizamos en el año 2005 la Investigación Nacional sobre el Estado de la EANF, en una muestra de 78 instituciones. Aquí siete hallazgos: 1) La EANF es incluyente: desde la educación para la satisfacción de necesidades básicas y desarrollo social (nos inventamos esta opción educativa). Las ONG se dedican en un 69% a esta nueva opción educativa. En cambio, las instituciones públicas y privadas priorizan la educación ocupacional. La opción educativa menos trabajada es la educación de adultos. Las instituciones privadas no brindan educación de adultos. 2) La EANF es formal: el 80% tiene planes de estudio y currículos estructurados. El otro 20% trabaja con guiones metodológicos, módulos o proyectos. 3) La EANF es basada en la realidad: el 77% de las instituciones realiza diagnóstico de necesidades formativas; no obstante, no hacen sistematizaciones. 4) La EANF es pragmática: el 76% de las instituciones utilizan el pragmatismo como principio. Otros principios: la solidaridad, lo vivencial, la diversidad, y demandas socioculturales. 5) La EANF se guía por el saber local: solo en un 16%de las instituciones la construcción curricular es realizada por consultores. 6) La EANF es flexible: en su currículo y metodología. Es horizontal, grupal y comunitaria. La evaluación escrita es reemplazada por evaluación demostrativa o práctica de habilidades. 7) La EANF es integral: tiene transversalizado los ejes curriculares de ética, derechos humanos, género ambiente, cultura y democracia.
Dicho lo anterior, queda claro la importancia de la EANF en alfabetización de adultos, desarrollo local, e inclusión social. Revalorizar la EANF nos llevaría a la “otra educación”: incluyente, valorada, contextualizada, pragmática, con sabiduría, flexible, integral. Esto pasa por revisar la Ley Fundamental de Educación y la Ley de Educación Superior, que aunque mencionan a la educación no formal, su prioridad es la educación formal. Todo ello, a sabiendas de que es a Coneanfo, en el marco de su ley, a quien le corresponde determinar la política educativa alternativa no formal.