Opinión

LA ÉTICA DEL DESARROLLO

Para responder a la pregunta ¿cómo se forman los valores éticos?, tiene que recurrirse al fundamento de la ética del desarrollo. El espacio de este artículo no es suficiente para ahondar en detalles, pero sí para mencionar las principales corrientes del pensamiento que deben abocarse a la búsqueda de los sentimientos morales. Resolver la crisis económica, y otros problemas globales, pasa por reconocer y afrontar la evidente crisis en valores del sistema.

AmartyaSen, que nos ha ilustrado desde la teoría de las capacidades de los pobres y su noción de primero la gente, que no es exactamente el padre de la ética del desarrollo, lo que ha venido es a desempolvar el libro “teoría de los sentimientos morales” de Adam Smith, pero sin desprenderse de la contradicción que hace la noción excluyente de la riqueza de las naciones (Sen quiere ser el último eslabón encontrado). La teoría de los sentimientos morales de Adam Smith dice que solo se puede tener amor profundo por uno mismo, en cambio, por el otro lo que se tiene es empatía (se desecha el precepto de amor al prójimo). Sen, en auxilio a Smith dice que la guía de este último no es la conveniencia económica sino la prudencia. Mientras la conveniencia es individual, la prudencia tiene en cuenta previsiones sociales. El gran solucionador es la invención de una figura denominada el espectador imparcial (la sombra de nuestros actos que juzga a sí mismo). Con esta previsión no solo mejorará la economía, que ha entrado en empobrecimiento (en palabras de Sen), también mejorará la ética: se pondría la mirada en la buena economía, y se respetaría el potencial y/o capacidades de todos los seres humanos.

Adam Smith, nos dice que los sentimientos morales (los valores éticos sociales) deben revisarse a la luz de tres elementos: la corrección, la prudencia y la benevolencia. Smith, primero descarta a la corrección, y entonces los valores éticos morales estarían dependiendo de la prudencia y la benevolencia. Pero, en un segundo momento; también desprecia a la prudencia y benevolencia y vuelve a la dialéctica de la corrección, transfigurada en la aprobación propia de aquel espectador imparcial. Siendo la variable principal la aprobación, esta queda a depender ya sea de la razón o de los sentimientos: si seguimos la estricta racionalidad económica, se deforman los valores éticos sociales; entonces, la vía son los sentimientos morales. Los economistas tienen que reaprender, entrar en un proceso tutorial de enseñanza–aprendizaje de los sentimientos morales. La teoría de la Riqueza de las Naciones es incompleta cuando se disocia de la teoría de los sentimientos morales.

Friedrich Nietzsche da un gran salto de la noción particular del espectador imparcial a la moral de todo el sistema. Nietzsche critica la corrección simple propuesta por los psicólogos con sistemas licenciosos que corrigen a los malos y exaltan a los buenos. Según Nietzsche, los psicólogos se equivocan, pues al querer evidenciar la parte vergonzosa del mundo, lo que buscan es empequeñecer al hombre. Dice Nietzsche: “Me aseguran que no son más que unas ranas, murcilaginosas e inoportunas, que saltan y se meten en el pecho del hombre, como si allí estuvieran en su elemento, en un charco”. Igual que los economistas, los psicólogos están equivocados y deben salir de sus simples categorías de análisis: utilidad, olvido, costumbre, error.

Pero, ¿cómo se forman los valores éticos? Nietzsche responde desde su libro “Genealogía de la moral”: “El punto de vista utilitario es de todo punto inaplicable cuando se trata de la fuente viva de las apreciaciones supremas, que constituyen y distancian a las clases sociales: fue el sentimiento, no la utilidad –y no en una hora de excepción, sino en todo tiempo-”. ¿Y cómo se forma lo amoral? Nietzsche desmitifica una construcción ficticia, y dice: “Fueron los mismos buenos, los hombres distinguidos, los poderosos, los superiores, quienes juzgaron buenas sus acciones; es decir, de primer orden, estableciendo esta nomenclatura por oposición a todo lo que era bajo, mezquino, vulgar y populacho”.

¿Cuál es el aprendizaje en Nietzsche? Dada la división entre los superiores y los mezquinos, muchas alternativas sociales quedan sin razón de ser, pues serán reprimidas por la corrección, porque la moral del sistema verá incorrecto lo correcto: la sinrazón domina a la razón.

Nietzsche nos agranda el método del saber particular hacia el análisis de la moral del sistema. Nietzsche dice: “Lo repito: la conciencia de la superioridad y de la distancia, el sentimiento general, fundamental y constante de una raza superior y dominadora, en oposición a una raza inferior y baja, determinó el origen de la antítesis entre bueno y malo”. En consecuencia, los conceptos deben ser revisados, porque la moral se fundó en la cosmovisión de la clase dominante.

Hablemos de la Teoría de la Mediocridad de Espíritu. José Ingenieros sigue la pista del hombre superior y el hombre mediocre, haciendo llamados de atención a ambas clases de hombres, en su corrección y en su utilitarismo. Ingenieros no critica tan fuerte a los que tienen capacidades de imponer; no así arremete ante aquellos que no tienen capacidad de reaccionar ante el mal. Ingenieros dice del aparente hombre bueno (superior) y malo (inferior) lo siguiente: “difieren entre sí como el cristal y el barro y aunque la sociedad necesita de ambos, es este último, conformador de las masas, el que puede ser un factor determinante para su destrucción”. En su libro “El hombre mediocre”, Ingenieros describe al hombre que, instalado en la mediocridad del espíritu, actitud o inteligencia, coadyuva con su pasividad al crecimiento de los gobernantes deshonestos y a la entronización de los charlatanes.

Ya Pablo Freire decía que existe el opresor y el oprimido. Pero, cuando le tenemos miedo a las libertades, el opresor lo llevamos dentro. Por lo tanto, tenemos la tarea de liberarnos a nosotros mismos, y de liberar al opresor al ofrecerle otro modo de relacionamiento socio-productivo. En la misma línea, Jorge Luis Borges, en su libro “Historia universal de la infamia”, nos hace un llamado a no “falsear y tergiversar ajenas historias”. Es la mediocridad la que impide seguir nuestra propia historia, y entonces irrumpe en la de los demás. Entonces, ¿qué tienen que aprender las ciencias?

¿Qué es el fraude inocente? Es otra forma de ver la reputación del sistema. Dicen que vamos a bien cuando vamos a mal: el cambio climático, la sobrepoblación, la extrema pobreza, la exclusión social. John Kenneth Galbraith sitúa el problema en que se sabe poco de economía, en que se están formando individuos acríticos, y lo peor es que se alejan de la verdad.

Galbraith dice: “La distancia entre la realidad y la sabiduría convencional nunca había sido tan grande como hoy en día porque el engaño y la falsedad se han hecho endémicos”. Su editora, en un resumen del libro de Galbrait, Economía del fraude inocente, indica “Lo que al gran economista le repugna es la aceptación acrítica de un sistema que retuerce a su gusto la verdad y enaltece la especulación como fruto del ingenio, la economía de libre mercado como antídoto para todos los males del mundo y la guerra como el gran instrumento de la democracia”.

Max Weber: Si no sacamos a la ética de la noción de lo bueno y lo malo, de lo útil y lo no útil, hasta Max Weber se puede equivocar. En La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Max Weber, influenciado por una noción utilitarista, determina que lo más importante es el laborismo, y le da poco valor a la contemplación y a las cosas del espíritu. De ahí debe derivar un llamado a que la sociología weberiana integre una visión superior de los fenómenos éticos.

El padre de la ética del desarrollo, a mi juicio, es Denis Goulet, el mentor máximo de la ética del desarrollo. Para Goulet, el desarrollo es una propuesta del buen vivir, que va desde una condición menos humana a una condición más humana. La pregunta base de cómo construir valores éticos sociales, Goulet la respondería orientado a nuestros valores de voluntariado, profesionalismo y ciudadanía: “a ser más por encima de tener más”. Nos advierte del riesgo del desarrollismo, que es un crecimiento utilitarista con matices superficiales de desarrollo. Goulet, con su teoría, quiere ser muro de contención del huracán de destrucción creadora propuesto por Joseph Schumpeter. Para Goulet, pasar por encima de la cultura es una expresión práctica de anti-ética.

La teoría de AmartyaSen y de Bernardo Kliksberg en lo que a ética refieren, no son fundantes, sino complementarias de las ideas de Denis Goulet. En el caso de Sen, antes de ética, exige libertad y desarrollo, lo que a su vez llevará a asumir compromisos, y la sumatoria de estos compromisos culminaría en una estrategia de equidad global. Kliksberg amplía, y dice que se originan nuevos retos, denominados “frentes éticos”. Fija su mirada en América Latina, que lo ve como un continente paradojal: ricamente excluyente.

¿Qué exige la ética del desarrollo? exige que la mera conveniencia económica se convierta en prudencia. Luego, la prudencia de deliberar entre lo individual y colectivo. Finalmente, la prudencia tiene que ser incluyente. La cultura económica tiene que cambiar e insertar las variables éticas, espirituales y humanas como las determinantes del desarrollo. También debe cambiar la cultura de la corrección en un sistema que además de provocar riqueza concentradora y excluyente, por encima penaliza a los pobres de miserables, clase inferior o estrato bajo: todo lo que viene de ahí es malo o antivalor. En lo que refiere a la benevolencia, contrario al pensamiento ortodoxa que la ve como pecado, hay que reforzarla. Kliksberg ha regalado su teoría y estrategia de responsabilidad social empresarial. Y Yunus ha completado toda una teoría de empresas sociales, que incluso habla de empresas sociales transnacionales. Una combinación de corrección, aprobación, conveniencia, prudencia, benevolencia y capacidades, es lo determinante en el desarrollo en clave ética.

De todo lo anterior, aprendemos que se tiene que eliminar la noción de la corrección, aquella que juzga en vez de corregir, que nos divide entre los buenos y los malos, y que su resultado ha sido la doble moral. Aprendemos que si hay algo que tenemos que corregir es la moral del sistema, que promueve la concentración de la riqueza, que no concibe el desarrollo de la gente, y que excluye a las grandes mayorías. Otro elemento a eliminar es el utilitarismo. El utilitarismo es dañino cuando la preocupación es el utilitarismo de los de arriba, pues los de abajo solo lo padecen.

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