Opinión

Honduras y la conciencia energética

El tema energético a nivel mundial se ha tornado en el siglo actual como uno de los más importantes junto con el calentamiento global y el daño a la capa de ozono; de una u otra forma los tres ítems mencionados antes van de la mano ya que en aras del crecimiento y desarrollo sostenible que hoy se plantea con rigurosidad en muchos países, se buscan alternativas energéticas viables desde el punto de vista económico, ambiental y social; en tal sentido se introduce como una de las alternativas a los biocombustibles entre los cuales tenemos, el biodiésel, el biogás y el etanol.

En varios países de Europa podemos verificar el impacto positivo que el empleo de etanol y el biodiésel ya sea importado o producido ha tenido en la última década; ello gracias a la implementación de legislaciones cuidadosamente diseñadas y estudiadas así como la conciencia que en esa región del mundo se tiene sobre el daño causado al ambiente por los combustibles fósiles. Por otra parte, es interesante destacar países como Noruega y Suecia quienes siendo altamente petroleros, introducen en su matriz energética la producción y el uso de biocombustibles.

En el caso de América tenemos a Brasil, Colombia y Estados Unidos como los ejemplos más destacados; los primeros dos, productores de etanol a partir de caña de azúcar y el último, a partir de maíz; el caso de Brasil es similar al de los dos países nórdicos mencionados antes, ya que siendo un gran abastecedor de petróleo alrededor del mundo ha venido desarrollando políticas energéticas que introducen los biocombustibles desde la los 70.

Ahora bien, en el caso de la región centroamericana encontramos que aún se está en “pañales” en materia de biocombustibles ya que no se ha hecho mucho en función de voltear la matriz energética y reducir de a poco la dependencia de los derivados del petróleo; es válido destacar que a nivel de la región, solo Honduras cuenta con una legislación para la promoción, producción y consumo de biocombustibles que está vigente desde el año 2007 y que está acorde a la realidad energética del país (decreto 144-2007). Sin embargo, a pesar de poseer dicha legislación, todavía se carece de una conciencia profunda en materia de energía la cual impulsaría el desarrollo de investigaciones, estudios de factibilidad, análisis socioeconómicos, ambientales y el impacto que tendría en el país la introducción de los biocombustibles en la matriz energética.

Se han desarrollado varias investigaciones ya sea en relación a biodiésel o etanol pero que no terminan de dar el paso importante y convertirse en una potencial salida a la situación que atraviesa el país, todo ello por la falta de conciencia energética además de combinarse con asuntos políticos y los llamados grupos poderosos que en muchas ocasiones ven afectados sus intereses al momento de que temas como el de los biocombustibles salen a relucir como una alternativa para el ahorro significativo de divisas, creación de fuentes de empleo y lo más importante, la reducción del daño que los combustibles causan al medio ambiente.

En Honduras la conciencia energética se gestará cuando el gobierno, empresa privada y la sociedad en general apunten en la misma dirección en relación a jugar cada quien su papel; el gobierno, a promover las legislaciones relacionadas con biocombustibles, socializar el tema con todos los sectores del país, así como dar las facilidades para que un proyecto de tal envergadura tenga los frutos deseados; el sector privado, trabajando en conjunto con el Estado para crear las condiciones ideales requeridas por los potenciales productores de biocombustibles; y la sociedad en general, al informarse del tema, involucrarse directa o indirectamente y apoyar a los otros dos sectores en la planeación y ejecución del proyecto.

La conciencia energética es una de las llaves para revertir la situación tan precaria que a nivel mundial se vive en materia de energía y nuestra Honduras debe integrarse pronto a ese contexto para poner su parte.

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