A los gobiernos, en todos los tiempos, independientemente de las ideologías, incluso antes de que estas fueran tan complicadas y confusas como ahora, siempre les ha gustado guardar secreto.
Cuando apareció la prensa más o menos independiente, como los gobiernos querían seguir guardando secretos a sus gobernados, y como vieron en los medios de comunicación la enorme posibilidad de mejorar su imagen ante el publico y también de atacar a sus enemigos, entonces vino la lucha por controlarlos.
?Y como lograr ese control? En los gobiernos autoritarios, dictatoriales, simple y sencillamente se cierran los medios no favorables a la línea gubernamental, se incentivan los oficialistas y hasta se abren muchos de carácter público.
En los gobiernos democráticos, abiertos, o que se esfuerzan por parecer tales, abundan los diversos tipos de incentivos para los periodistas y para los medios de comunicación, que van desde los premios hasta jugosos contratos de publicidad. De esa forma, el aparato gubernamental busca tener la influencia suficiente que le permita accionar propagandísticamente ante sus gobernados, simpatizantes y enemigos.
Pero el aparecimiento de las nuevas tecnologías de la información, que incentivó la multiplicación de los medios electrónicos, ha venido a complicarlo todo. De hecho, antes de internet era mucho más fácil, mantener los secretos, tergiversar la verdad, crear una burbuja informativa, por ejemplo en un país como Honduras, para hacerle creer esto o lo otro a la población. Solo las transmisiones de radio de onda corta o la circulación clandestina de material impreso eran capaces de romper el cerco creado, pero eso solo llegaba a una pequeña cantidad de personas.
Pero ya no más. Ni siquiera Estados Unidos de América, la única superpotencia sobreviviente, --con toda su alta tecnología y poder de coerción-- puede mantener sus trapos sucios en secreto: así lo demuestran las filtraciones de millones de sus documentos secretos por parte de WikiLeaks, que muestran descarnadamente su política exterior, el apoyo a sanguinarias dictaduras, las atrocidades cometidas por sus propios soldados, etc, etc.
Solo a gobernantes como los que actualmente tienen el poder en Honduras, y que aspiran a seguir gobernando, se les puede ocurrir que tendrán algún beneficio con someter a los medios de comunicación independientes a su absoluto control, violando para ello la Constitución de la República, y otras leyes nacionales e internacionales.