Este día recordamos que la palabra escrita es complementada por la oral. Ambas poseen un común propósito: la comunicación con nuestros semejantes de manera tal que los pensamientos, sentimientos y demás manifestaciones del intelecto sean transmitidas de manera lúcida, coherente, lógica. Ese debe ser uno de los objetivos fundamentales en la enseñanza de cualquier lengua que posea alfabeto y gramática, al igual que el inculcar el hábito de la lectura desde temprana edad. En nuestro caso, si bien el idioma mayoritariamente hablado cotidianamente es el español, también existen compatriotas que se expresan en sus lenguas maternas. Esa diversidad lingüística, lejos de ser desalentada, más bien debe ser estimulada, siendo que somos una nación pluriétnica y multicultural.
La impartición de talleres en que se instruye a ejercitarse en el arte de la escritura, técnicas y estilos literarios en prosa y verso, a cargo de ensayistas, novelistas, cuentistas, poetas, periodistas, es un medio eficaz de ir formando a la juventud y a los adultos en el ejercicio y la disciplina que hacen posible la conjunción de la teoría y praxis en la transmisión de ideas y conceptos. También impulsar el debate de ideas contrapuestas mediante la oratoria contribuye a este propósito.
El liderazgo de las academias de la lengua en actividades pedagógicas, divulgativas, de rescate de modismos y giros idiomáticos propios, es decisivo para el fortalecimiento y divulgación de un idioma. Cuando existen ambientes respetuosos de la libertad de expresión, sin imponer restricciones ni censuras, se dan las condiciones objetivas y subjetivas para la creatividad intelectual; por el contrario, al imponerse barreras al pensamiento, surge la intolerancia y el conformismo, traducidos en la atrofia y la esterilidad en la producción intelectual.
El apoyo a escritores y editoriales constituye una inversión altamente rentable, al promover no solo el fomento de publicaciones, sino también el comercio de estas dentro y fuera del país. Jorge Luis Borges afirmó: “El libro nunca desaparecerá”, lo que continúa teniendo plena validez, sea que su formato esté impreso o en versión digital.