Celebramos hoy el Día del Periodista Hondureño, de los hombres y mujeres que día a día se enfrentan a los retos que imponen las realidades en las que ejercen su profesión en épocas de crisis como las que enfrenta actualmente la población hondureña, azotada por la pandemia del covid-19, dos huracanes que destruyeron a finales del año pasado gran parte de la estructura productiva del país, altos índices de desempleo, pobreza, violencia organizada y delincuencia común, entre muchos otros males, y aunado a ello, los altos índices de corrupción y de impunidad, así como las trabas al acceso libre a la información, que son otras de las manifestaciones que vuelven más difícil el ejercicio de la profesión en esta nación.
Son más de 90 los periodistas, comunicadores sociales y personal ligado a los medios de comunicación que han sido asesinados en las últimas décadas en el país, y el 92 por ciento de esos casos están impunes.
“El grado de impunidad en Honduras –país gangrenado por la violencia del crimen organizado y la corrupción– es uno de los más elevados del continente. Es común que se emprendan procesos judiciales abusivos contra periodistas; también que se sancione la difamación con penas de prisión y, en ocasiones, incluso con la prohibición de ejercer el periodismo”, ha citado Reporteros Sin Fronteras en su análisis: Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021.
Pero en medio de las dificultades y los riesgos, son muchos los y las periodistas que se mantienen en su trabajo, conscientes de que la libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas; un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática.
A ellos y a ellas, a quienes aun conociendo las dificultades y la rudeza de los nuevos retos en el ejercicio profesional están dispuestos, como lo dijo el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Marquez, a “seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo…”, ¡Felicidades en su Día!