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Ramón Rosa: la educación laica, obligatoria y gratuita

El Congreso Nacional debe impulsar una iniciativa de ley para obligar a todos los maestros y funcionarios de la SEP a leer el discurso pronunciado por Ramón Rosa al abrirse los cursos de la Universidad Central y del Colegio Nacional de Segunda Enseñanza de Tegucigalpa el 26 de febrero de 1882.

El historiador español Francisco Morales Padrón califica este discurso como la más lúcida exposición del positivismo hispanoamericano y el también historiador Héctor Pérez Brignoli considera este discurso como una pieza de pensamiento liberal de la época en donde Rosa plantea la defensa de las ciencias experimentales y del método positivo frente a la teología y la metafísica, el sentido de la educación pública y obligatoria, su fe de que la educación es el único medio de combatir la barbarie y de formar ciudadanos útiles.

Soto y Rosa, al igual que Morazán, Herrera y Guardiola, promovieron la educación pública, reorganizando la educación primaria, secundaria y universitaria. La educación primaria es declarada laica, obligatoria y gratuita. Es laica, nos dice Ramón Rosa, porque “separada entre nosotros la Iglesia del Estado, esta no puede, a virtud de ninguna de sus funciones administrativas, imponer un credo religioso, cualquiera que este sea. En materia de enseñanza tiene, pues, que proporcionar una instrucción puramente civil”.

Luego nos dice: “La conciencia es y debe ser extraña a la acción del Estado, la conciencia de los individuos, que es, por decirlo así, su sentido religioso, no debe recibir las inspiraciones de la escuela oficial, que solo debe dar ideas, conocimientos. La conciencia de la juventud únicamente debe formar su fe, recibir sus inspiraciones religiosas bajo el auspicio de la familia y del sacerdocio”.

Observamos cómo Rosa entiende bien que Estado laico es diferente del Estado confesional y ser laico no es contrario a los valores religiosos, ni sus postulados son ateos, sino que se mantienen al margen de los debates religiosos.

En tal sentido, los poderes públicos no deben intervenir en la esfera religiosa y no es licito que las instituciones religiosas intervengan en el ejercicio del poder o intentando imponer sus ideas. Para Rosa, la instrucción primaria debe ser también obligatoria y que el Estado, para desarrollar la sociedad y sacar a los ciudadanos del atraso, debe intervenir de manera coercitiva para educar a la población.

Por último, afirma Rosa: “La enseñanza primaria debe ser gratuita ya que el Estado tiene un alto interés en que se formen ciudadanos útiles.

Este cúmulo de circunstancias hace, pues, que la instrucción primaria sea gratuita, que el Estado, respecto a ella, ejerza una acción protectora, desinteresada de la educación, que no tenga en mira más que el bien social.

Hay un fuerte debate en el país cuando por segunda vez se introduce una moción en el Congreso Nacional tratando de introducir la lectura de la Biblia en los centros educativos públicos bajo el argumento de que ayudaría a disminuir la violencia en el país y a fortalecer la enseñanza de los valores éticos y morales de la población.

Creemos que la moción tiene buenas intenciones, pero mejor sigamos el pensamiento de los grandes reformadores de la patria, que nos dicen que el mejor espacio para difundir las ideas religiosas es la familia y los establecimientos religiosos y que la educación, como lo dice la Constitución, debe seguir siendo laica, obligatoria y gratuita.