Columnistas

Ni para caldo de pollo quedó en el IHSS

En un país vecino duerme feliz uno de los tantos prófugos por el millonario saqueo del Seguro Social, otros (as) ríen de sus maldades contra los pacientes en coliseos deportivos donde gritan los golazos que le metieron a la salud de miles de afiliados a quienes dejaron hasta sin la sopa de pollo. ¡Inhumanos!

Aunque muchos no lo crean, el atraco al centro asistencial era total secreto hasta que el honorable Porfirio Lobo Sosa se desbocó por razones desconocidas en diciembre de 2013 cuando recién habían pasado las elecciones generales que dieron por ganador al indómito Juan Orlando Hernández Alvarado. ¿Venganza?

Investigaciones del Ministerio Público indican que miembros del Partido Nacional habrían recibido unos 7 millones de lempiras para campaña proselitista, de los casi 8 mil millones de lempiras que pararon en bolsillos de empresarios, testaferros, amantes y periodistas, entre un chorro de malhechores cómplices del doctor Mario Zelaya Rojas.

El resto de la bicoca fue a las pezuñas de conocidos personajes (mujeres y hombres) que no son tocados ni con el pétalo de una rosa, pero que caerán si la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad (Maccih) le entra de lleno al nido de pícaros que saqueó las bolsas del Seguro Social. El conserje Zelaya Rojas paga cárcel por sus jefes.

Causará asombro al hundirse grandes el próximo año. Financieros y políticos con mucha leche lideran la lista de pillos en poder de la misión contra la corrupción. Hernández Alvarado no meterá mano por amigos ni parientes, según dijo, de lo contrario quedará en entredicho frente a la sociedad si la justicia no castiga a los ladrones del IHSS.

Si la Maccih actúa como debe, exigiría a la Fiscalía que cite sin vacilar al exmandatario Lobo Sosa para que explique del por qué tapó todo. Bochornosa confesión frente a un Ministerio Público que no volvió a procesar a nadie más.

Un mimado de Zelaya Rojas está muerto de risa en tierra nicaragüense. Unas damas sospechosas del timo no salen de los salones de belleza afilándose las uñas para no perder la costumbre de peinarse todo. ¡Tópenlas!

*Periodista