Los maestros de la sospecha

Aunque René Descartes fue el creador del ‘método cartesiano’, consistente en el escepticismo metodológico mediante el cual se duda de cada idea posible de ser cuestionada, ya que para él “solo tenemos acceso a nuestra mente”

  • Actualizado: 26 de diciembre de 2025 a las 00:00

Aunque René Descartes fue el creador del ‘método cartesiano’, consistente en el escepticismo metodológico mediante el cual se duda de cada idea posible de ser cuestionada, ya que para él “solo tenemos acceso a nuestra mente”, otros pensadores han profundizado las dudas, convirtiéndolas en “sospechas”.

Según el filósofo Paul Ricoeur (1913-2005), Marx, Freud y Nietzsche son los «tres maestros de la sospecha» porque ellos reinterpretan lo que aparece (ideas, valores, comportamientos, creencias) como máscara o síntoma de fuerzas ocultas. En vez de aceptar el sentido manifiesto, desconfían del discurso «oficial» y buscan causas profundas que lo explican o lo desvelan.

¿Qué tienen en común esos tres pensadores? Desconfianza frente a las apariencias: desmontan las explicaciones literales o ingenuas de la vida social, moral y mental. Lectura causal/diagnóstica: tratan los discursos, valores y acciones como signos que hay que interpretar para descubrir causas subyacentes. Reduccionismo metodológico (pero distinto en cada uno): cada uno propone un principio explicativo profundo que reduce las apariencias a algo «inferior» u oculto -p. ej. lucha de clases (Marx), pulsiones inconscientes (Freud), voluntad de poder/resentimiento (Nietzsche). Crítica normativa: cuestionan la legitimidad o el origen de las normas morales, religiosas y culturales dominantes en la sociedad.

¿Por qué Paul Ricoeur habla de “sospecha”? Este filósofo usa la palabra «sospecha» para caracterizar una estrategia hermenéutica: en lugar de confiar en el sentido inmediato (una hermenéutica de la fe), estima que los tres pensadores aludidos aplican una hermenéutica crítica que sospecha del significado aparente y busca explicaciones ocultas. Para Ricoeur esta sospecha no es sólo negación, sino método interpretativo: leer los fenómenos como texto que oculta algo que debe ser puesto al descubierto.

¿Cuáles son los contrastes entre la sospecha y la confianza hermenéutica? Hermenéutica de la fe: intenta entender y reconstruir el sentido que el texto o acto quiere ofrecer (empatía interpretativa). Hermenéutica de la sospecha: interpreta el texto o acto para desvelar fuerzas inconscientes, económicas o de poder que lo generan. Ricoeur no elimina la hermenéutica de la fe; su aporte es mostrar que la crítica (la sospecha) es necesaria pero debe dialogar con la interpretación comprensiva.

¿Cuáles son las consecuencias intelectuales de todo lo anterior? La lectura conjunta de los tres pensadores aludidos, obliga a combinar dos movimientos: desconfiar (diagnosticar lo oculto) y reconstruir (restituir sentido cuando sea posible). El legado de los “maestros de la sospecha” es, por tanto, una sensibilidad crítica ante explicaciones ingenuas y una técnica interpretativa potente, pero desafortunadamente también conlleva el riesgo de reducir todo a un único principio explicativo si no se maneja con prudencia.

En resumen, no es apropiado reducir eventos sociales y culturales a una sola causa porque la realidad humana es intrínsecamente compleja, multidimensional y sistémica, influenciada por una intrincada red de factores históricos, económicos, políticos, religiosos, tecnológicos y psicológicos que interactúan de forma dinámica, creando resultados diversos que ninguna explicación simplista podría abarcar.

Adicionalmente, tampoco es apropiado considerar que los fenómenos mentales y del pensamiento pueden ser explicados por una sola causa, porque los mismo constituyen sistemas complejos e interconectados influenciados por una multiplicidad de factores (biológicos, psicológicos, sociales, ambientales), y cualquier simplificación ignora esta riqueza, llevando a interpretaciones erróneas y tratamientos generalmente ineficaces.

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