Estando muy cerca de finalizar el primer semestre de 2025, aún no se cuenta con información actualizada o al menos reciente- sobre el saldo de la deuda pública tanto interna como externa y, sobre todo, los indicadores de riesgo, condiciones de los préstamos, el impacto fiscal a corto y largo plazo, tampoco la proyección actualizada sobre los pagos y vencimientos de intereses. Pareciera que estas cifras son exclusivas de los profesionales y técnicos financieros, no obstante, son datos que deben estar disponibles para todos los ciudadanos en la medida en que nos involucra a todos por ser los aportantes tributarios. Ha sido costumbre aberrante que los gobernantes y sus tecnócratas endeuden al país, y hasta celebren, sin pensar en las consecuencias para las presentes y futuras generaciones.
Normalmente, a estas alturas del año, debiera contarse con información oficial colocada en el portal web, por lo menos al primer trimestre del año. Hasta ahora, sabemos que a diciembre de 2024, el saldo de la deuda publica total ascendió a la cifra sin precedentes de casi $17.4 millardos, que es superior a lo recibido al iniciar la actual administración Castro que era de $ 15.7 millardos. Estamos claros en que la actual administración, que ya está en sus postrimerías, recibió una situación muy delicada del nivel y condiciones de endeudamiento. No obstante, el compromiso electoral y sobre todo la exigencia de la ciudadanía era que se saliera lo más posible de las “jaranas” en que nos dejaron comprometidos las administraciones anteriores y que los nuevos endeudamientos fuesen contraídos en forma responsable, prudente, transparente y, sobre todo, dentro de un esquema verdaderamente sostenible, con impactos reales en la economía y bienestar.
Mientras las cifras generales sobre la deuda están hasta diciembre de 2024, en los boletines estadísticos el rezago es aún mayor ya que están hasta septiembre de 2024. Se carece, entonces, de información oportuna sobre los saldos pendientes con los acreedores externos tanto multilaterales como bilaterales y comerciales. En el caso específico de los bonos soberanos, la información continúa desactualizada y todavía no se incorpora el compromiso asumido en noviembre de 2024 cuando la deuda se incrementó en $700 millones. Vale recordar que hay dos emisiones anteriores de bonos que están pendientes de pago que vencen en 2027 ($700 millones) y la otra en 2030 ($600 millones) mientras, corren intereses. Aún falta incluir en los boletines estadísticos el compromiso por estos $700 millones cuyo capital principal hay que pagar en 2034. Además, voceros gubernamentales anunciaron sobre la intención de contraer un nuevo compromiso mediante bonos soberanos o “temáticos”, posiblemente por otros $700 millones, que agravarían los riesgos y comprometerían peligrosamente las finanzas, sobre todo para las subsiguientes administraciones.
Siendo el pago del servicio de la deuda el mayor gasto gubernamental, es indispensable saber que solamente por deuda externa se pagó en el primer trimestre de 2025 al menos unos L9,050 millones, equivalentes a $355 millones. Los pagos más grandes generalmente se tienen que hacer en los meses de marzo, mayo y septiembre.
Al no estar actualizada la información incorporando los préstamos nuevos, se pierde la perspectiva de la gravedad del endeudamiento público, por ejemplo, los contraídos con el BCIE para construcción de la represa El Tablón por $300 millones, y el contraído con el CAF por $120 millones para atención a los migrantes, e incluso los préstamos con el FMI.