Desde el espacio, la Tierra se ve azul. Esa inmensidad de agua alberga criaturas maravillosas, es fuente de alimento y de ingresos para los países debido a la pesca y al turismo, y nos da el oxígeno para respirar absorbiendo el exceso de calor y dióxido de carbono de la biósfera.
Quién de nosotros no tiene recuerdos disfrutando en las orillas de las playas de juegos y atardeceres espectaculares, y gozando el vaivén de las olas. Son estas experiencias las que deseo que sigan existiendo y que otras generaciones también atesoren.
Sin embargo, los océanos y la vida marina están en una situación de gran estrés. Los océanos están enfrentando altos niveles de contaminación y de acidificación debido a la absorción de niveles crecientes de dióxido de carbono y otros contaminantes.
El calentamiento del agua y la elevación de sus niveles, debido al cambio climático, afecta a miles de especies marinas, así como a la seguridad de las comunidades costeras.
La gran sobreexplotación de la pesca está dejando agotado este recurso y atenta con la sobrevivencia de especies, poniendo así los medios de vida y la seguridad alimentaria en peligro.
Honduras no es ajena a la realidad crítica del estado de los océanos. Tenemos una responsabilidad en proteger el mar Caribe hondureño, donde se encuentra el ecosistema arrecifal en mejor estado de salud del mundo y que es hogar de más de 70 especies de corales.
En las aguas hondureñas habitan más de 3,000 tipos de moluscos, 1,500 especies de peces y cinco de tortugas marinas, y en sus costas se extienden alrededor de 30 tipologías de humedales costero-marinos y manglares. Además, de esta gran biodiversidad los mares ofrecen una rica fuente de proteínas, contribuyendo a la seguridad alimentaria y la generación de ingresos.
Estas son algunas de las razones por las que tenemos que actuar ya.
Un paso hacia esta dirección han sido los compromisos voluntarios a favor del cuidado de los océanos y la vida submarina que Honduras, junto a otros 24 países, ha presentado en la Conferencia de los Océanos organizada por las Naciones Unidas y que finalizó ayer en Nueva York.
A nivel mundial, Honduras ha registrado el mayor número de compromisos voluntarios. Los 84 compromisos presentados a la fecha buscan contribuir al logro de 10 metas del Objetivo (ODS) #14, Vida Submarina, uno de los 17 objetivos que forman la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual es un compromiso de los países y sus diferentes actores para alcanzar un mundo sin pobreza y vivir en sociedades sostenibles y respetuosas de los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas, y del equilibrio entre las tres dimensiones integrales e indivisibles del desarrollo sostenible: lo económico, lo social y lo ambiental.
Con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), MiAmbiente+ ha liderado tres encuentros nacionales -en La Ceiba, Roatán y Tegucigalpa-, contando con diversos actores involucrados en la gestión de los océanos y los ecosistemas costero marinos, con la finalidad de identificar y adoptar sus compromisos voluntarios relacionados con la reducción de la contaminación, apoyo a las actividades pesqueras sostenibles, creación de mejores condiciones para los pescadores artesanales y sus familias, protección de la biodiversidad y ecosistemas marinos, protección de los arrecifes coralinos, entre otras.
Los compromisos logrados en estos encuentros, así como el trabajo de incidencia realizado por el PNUD y otras organizaciones de la sociedad civil, destacan los esfuerzos y voluntades nacionales para propiciar la salud de los océanos, la sostenibilidad de los servicios ecosistémicos y con ello lograr el bienestar económico y social de Honduras.
Desde el PNUD celebramos el compromiso de los diferentes actores del país por sumarse a esta iniciativa de cuidado, protección y manejo duradero de los océanos y felicitamos a todos los hondureños por esta movilización social exitosa para lograr las metas del ODS 14.
El ODS 14 – Vida Submarina- tiene ocho metas que deben ser alcanzadas en 2020, y dos metas en 2025, de allí lo apremiante de comenzar a trabajar a favor de la vida submarina y así revertir las amenazas a los océanos.
¡Estamos actuando ya y Honduras está mostrando liderazgo!