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Criterio de oportunidad

Intentaré brindar una definición interpretable del concepto “Criterio”, de tal manera que sea asimilada fácilmente por los lectores y no produzca un debate con los estudiosos del lenguaje. “Criterio”, entonces, puede decirse que es el conjunto de normas cuya aplicación permite a una persona, un funcionario público, un juez o un particular alcanzar un nivel de discernimiento que le permita tomar la mejor de las decisiones en una situación determinada.

Nuestro Código Procesal Penal introduce la figura del “Criterio de oportunidad” para permitir que un impartidor de justicia, valorando todas las circunstancias y particularmente las oportunidades del juicio, pueda tomar decisiones que aún cuando parecieran beneficiar injustamente al enjuiciado, pueden tener otros resultados favorables para la conducción del proceso. El Criterio de oportunidad no solo es un instrumento idóneo en materia de impartimiento de justicia, sino que también es un mecanismo político administrativo que le permite a un funcionario público tomar buenas decisiones en el momento oportuno para beneficio del país.

Comprenderán entonces los lectores que para todo ello se requiere que la persona responsable posea elevados niveles de discernimiento producto de su formación académica, experiencia, racionalidad y visión muy amplia de las circunstancias que rodean su decisión, las oportunidades que de ellas puedan derivarse y sobre todo las consecuencias que pueda tener una decisión poco meditada o influenciada por motivaciones ajenas a los intereses genuinos del Estado.

La mayoría de los gobiernos en el último siglo no han sido muy afortunados en el reclutamiento de funcionarios con elevados dotes de discernimiento, valoración de circunstancias, identificación de oportunidades favorables para el país y sobre todo creatividad, más bien ha sido típica la asignación de grandes responsabilidades a personas improvisadas, escasas de conocimientos plenos de la problemática nacional y peor aún, ayunas de una visión clara de los acontecimientos mundiales que afectan directamente al país.

A doña Xiomara Castro no le ha sido productivo el reclutamiento de sus principales colaboradores; se identifica, en la gran mayoría de ellos, tanto en el Poder Ejecutivo como en su partido representado en el Congreso Nacional, una incapacidad en el manejo de temas domésticos y mucho más en aquellos que definen nuestras relaciones internacionales.

El rompimiento con Taiwán de una relación cordial y beneficiosa de 80 años, bajo el espejismo de que China continental derramará cuantiosos beneficios financieros, tecnológicos, inversiones industriales y otras, es mero “atol con la uña”, nada de lo que presumen los funcionarios públicos, heraldos de esas bellezas, ha sido realidad en otros países cercanos.

Engaño político, bajada gratis de calzones (como siempre), puyada del toro gringo con vara corta. Ceguera ideológica del minúsculo pero poderoso grupo extremista que tiene secuestrada a la Mandataria, desprestigiándole su gestión, olvidándose que Honduras es eterna, que el pueblo, hastiado, manifestará inobjetablemente, en las urnas, a escasos 32 meses, su inconformidad, echando por tierra las pretensiones ilusas de algunos de permanecer por 20, 30 y hasta 50 años más en el poder.

Déjenla gobernar, no insistan en que todo es por orden de la Presidenta.