Amar a Honduras

"Hacer algo por Honduras no corresponde solo al presidente de la nación: este es un trabajo en conjunto, donde debemos ser referentes donde quiera que estemos, sin importar la ocupación que tengamos"

  • Actualizado: 20 de septiembre de 2025 a las 00:00

Amar a Honduras no es únicamente marchar el 15 de septiembre. Amar a Honduras comprende múltiples variables que debemos considerar. Este amor es el resultado de un cúmulo de acciones diversas. Claro que apoyar el deporte o marchar en el mes de la patria forma parte de ello, pero no es suficiente.

A Honduras, podemos amarla tal cual es, con sus retos y sus desafíos, sin embargo, debemos hacer más de quererla tal cual es, debemos cambiarla, actualmente está dilapidada, saqueada y mal distribuida, por ende nuestros compatriotas viven estos embates, a tal punto, que muchos amándola han tenido que abandonarla para tener que sobrevivir, y otros ya partieron de este mundo sin ver los cambios que en su momento soñaron.

Hoy no quiero resaltar estas líneas de forma negativa hablando de un mal que todos vivimos. ¿Qué podemos hacer para demostrar nuestro amor por nuestra tierra?

En primer lugar, antes de amar algo debemos conocerlo. No podemos amar sin saber qué es; debemos amar a su gente, sus productos, su riqueza natural, sus particularidades y, sobre todo, contribuir a lo bueno para darle más razones al mundo de voltear a vernos de manera positiva.

Hacer algo por Honduras no corresponde solo al presidente de la nación: este es un trabajo en conjunto, donde debemos ser referentes donde quiera que estemos, sin importar la ocupación que tengamos.

El zapatero, el jornalero, el cortador de café, el médico, el bombero: todos sumamos en la construcción de esta patria y debemos ejercer nuestro oficio de manera sobresaliente.

También debemos denunciar lo negativo, no apoyar lo que le resta al país, no contribuir con el crimen organizado, mucho menos con la corrupción y, sobre todo, ser exigentes con nuestros servidores públicos.

A veces creemos que la imagen de Honduras es únicamente responsabilidad de la Cancillería, pero no: todo hondureño que se encuentra en el extranjero debe comportarse a la altura, respetar la ley, promover de manera positiva nuestra nación y, sobre todo, pregonar con el ejemplo.

Al compatriota que está en Estados Unidos trabajando en alguna compañía, muchos lo llaman cariñosamente “Honduras”.

En ese momento, en esa empresa, ese compatriota es un embajador de nuestra marca país y está obligado a dejar en alto el nombre de esta tierra.

Por otra parte, debemos estudiar las causas estructurales que han propiciado que Honduras se encuentre en la situación actual y combatirlas.

Es inconcebible tanta corrupción, tanta inseguridad, tanta desigualdad. La riqueza de esta nación ha sido saqueada y pésimamente distribuida. Si amamos a Honduras, no podemos permitir que esto continúe.

Para contribuir a su rescate debemos dar nuestro aporte desde la trinchera en la que estemos, ser exigentes con los tomadores de decisiones y duros con quienes promueven que Honduras permanezca tal cual.

Para amar a Honduras debemos rescatarla, y para rescatarla debemos combatir las causas estructurales que la han secuestrado.

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