Es interesante ver cómo personalidades a través de la historia han ayudado a la sociedad a crecer colectivamente, tomando en cuenta su individualidad y cómo esta afecta a su vez a el entorno. Robert Peel, un político británico nacido en 1788, organizó una serie de pensamientos orientados al ordenamiento social y a la vida en comunidad, generando acciones que permitieran atender la problemática de las grandes urbes europeas relacionadas con la alta tasa poblacional y el incremento en la incidencia delictiva, enfocándose en el papel asumido por la Policía sobre esta problemática, establece así nueve principios policiales, los que hoy son conocidos como “Los principios policiales de Peel”, mismos que como ya hemos citado van dirigidos a un ordenamiento social y vida en comunidad a partir del binomio policía-sociedad, pues la primera está inmersa en la segunda, a la cual sirve, pero al mismo tiempo debe recibir toda su colaboración y respeto.
El primer principio que abordaremos menciona que la policía debe prevenir el delito y el desorden antes que reprimirlos por la fuerza y por la severidad de las penas previstas por la ley, con este principio ya se le indica una misión de alta envergadura a la policía, pues de qué otra forma se podría cumplir si no es acercándose a las personas de una comunidad, aconsejando, mediando, resolviendo conflictos que podrían desembocar en un problema más agudo como lo sería la comisión de un delito, es sabido por nuestra generación que los consejos brindados por alguien que sabe de lo que habla no son dados de balde, llevan un fin y este no es más que evitar meternos en problemas, en tanto que la mediación para resolver conflictos se encamina hacia un entendimiento entre las personas que en un dado momento crean diferencias a partir de un evento simple y que por la falta de comunicación se complica.
El primer principio que abordaremos menciona que la policía debe prevenir el delito y el desorden antes que reprimirlos por la fuerza y por la severidad de las penas previstas por la ley, con este principio ya se le indica una misión de alta envergadura a la policía, pues de qué otra forma se podría cumplir si no es acercándose a las personas de una comunidad, aconsejando, mediando, resolviendo conflictos que podrían desembocar en un problema más agudo como lo sería la comisión de un delito, es sabido por nuestra generación que los consejos brindados por alguien que sabe de lo que habla no son dados de balde, llevan un fin y este no es más que evitar meternos en problemas, en tanto que la mediación para resolver conflictos se encamina hacia un entendimiento entre las personas que en un dado momento crean diferencias a partir de un evento simple y que por la falta de comunicación se complica.