Cartas al editor

La Policía Comunitaria

El Modelo Nacional de Servicio de Policía Comunitaria se ha venido desarrollando en Honduras con buen suceso sobre todo en aquellas comunidades en donde la Policía Nacional ha detectado altos índices de violencia y para ello, junto con las autoridades políticas de los municipios intervenidos más la iglesia y algunas ONG, se han dado a la tarea de diagnosticar los problemas encontrados para luego plantearlos ante los diferentes actores que intervienen, dentro de una corresponsabilidad, para crear estrategias que ayuden a bajar esos índices de violencia y también a fortalecer el binomio comunidad-policía, mediante talleres, capacitaciones, actividades recreativas y otras acciones dirigidas a todos los miembros de cada comunidad intervenida.

Una de las fortalezas de este modelo la encontramos en la participación ciudadana, así como también en el mejoramiento de la calidad del servicio que la policía brinda desde sus diferentes direcciones.

En materia de investigación criminal, este modelo se aplica desde el momento en que un ciudadano acude a interponer la denuncia de un hecho delictivo debiendo recibir una atención esmerada y dedicada, que implica desde un saludo cordial, prestando la debida atención a lo que plantea el ciudadano, pasando, incluso, por la correcta orientación por parte de cada criminalista en su área de competencia, así como la perfecta administración del expediente investigativo, para transmitir con todo esto la confianza de estar en manos de un profesional que dará respuesta a esa necesidad, bien sea de justicia o de colaboración como autoridad de esta materia para la realización de trámites de diversa índole y dentro de lo que permite nuestro marco legal.

Por tanto, la aplicación del modelo precitado nos acerca a la comunidad, no solo como policías, también como criminalistas, preocupados por asumir su papel dentro del sistema judicial para la correcta impartición de justicia en Honduras.