Se olvidaron las fronteras, las guerras, los conflictos económicos, los conflictos políticos, el debate por el machismo, las luchas feministas, las diferencias raciales, se dejó de hablar de cuál es el país más rico, el más pobre.
También se olvidó por un momento quiénes tienen el control de la ciencia y los descubrimientos o la mayor cantidad de petróleo y las armas más potentes, echamos a un lado esa charla o comentario de que si somos del primer o tercer mundo ¿Ya qué más da?
Y hubo algo que nos puso en una misma sintonía... el coronavirus.
Y pese a que nos ha tenido de rodillas, esta pandemia también nos ha vuelto solidarios, empáticos, conscientes del valor de la vida, del valor de la libertad, del valor de compartir... tomarte un café con esa persona que amas y abrazarla, apreciar los paisajes o sencillamente… tomar un bus o un tren y moverte donde quieras. Hemos aprendido a reflexionar sobre el verdadero valor de la vida, que es tan efímera.
Hoy, el mundo está unido y dispuesto a luchar por una misma causa: vencer esta pandemia mundial y salir victoriosos...
¡Viralicemos la empatía!