El presidente Lobo continúa utilizando un lenguaje confrontativo y amenazante contra sectores importantes del país que poco le abonan a su gobierno de unidad y reconciliación. Primero pretendió intimidar a la empresa privada al decir que iba a publicar, en cadena de radio y televisión, los nombres de los que roban electricidad, pero al final todo quedó en simples palabras que deslucen su nivel de máxima autoridad del país.
No se entiende ese encono de Lobo Sosa contra la iniciativa privada porque él es un gran exponente de ella, al ser terrateniente y empresario del agro, hombre de gran fortuna, pertenece a la misma clase social que ataca, a menos que en el fondo lo que haya sean posturas demagógicas y populistas como las ensayadas por su paisano y antecesor. Sea lo que sea, sus retos le infringen un gran daño al precario clima de inversión en el país.
Y por otra parte, en los últimos días al Presidente se le metió que la libertad de prensa es incompatible con los intereses particulares, seguramente sus asesores, los financiados por Naciones Unidas, son los que le recomendaron la brillante idea de montar un foro mundial sobre ese tema aquí en el país, nos imaginamos para luego presentar las conclusiones en la próxima asamblea general de dicho organismo. Hay que recordar que en los países de la Alba se han aprobado leyes drásticas contra la libertad de prensa, será que en el fondo eso es lo que quiere el mandatario.
La democracia liberal que defiende la ideología del centro humanismo, que pregona a voz en cuello el gobernante, reconoce la libertad plena del individuo, fundamento de la acción del Estado y la sociedad, por lo que se espera que actúe apegado a dicho precepto y aleje de su mente cualquier intención de aplicar en Honduras las malas recetas de algunos gobiernos del sur.
Pareciera que para el Presidente no son suficientes los enormes problemas económicos, sociales y de seguridad del país, por lo que ocupa su tiempo abriendo más frentes de lucha para entretenerse diariamente.
