De escalar rascacielos a la cárcel: la historia de Isaac Wright

Isaac Wright, conocido como Drift, desafió alturas peligrosas para capturar vistas únicas, pero su pasión lo llevó a la persecución y a luchar por su libertad

  • 20 de mayo de 2025 a las 00:00
De escalar rascacielos a la cárcel: la historia de Isaac Wright

Por Dave Philipps / The New York Times

Algo acerca de llegar a hurtadillas, a las cimas de rascacielos y puentes, sentir la fuerza del viento, la maravilla de la vista y luego tomar fotos para capturar la sensación, le daba a Isaac Wright una sensación de alegría y libertad.

Pero cuando la policía de su ciudad natal, Cincinnati, Ohio, las vio, decidió que él era una amenaza. Lo persiguieron por varios Estados, cerraron una autopista para atraparlo y lo encarcelaron.

Después de que Wright, quien se hace llamar Drift, fue liberado bajo fianza, volvió de inmediato a tomar fotografías.

“Nunca dejé de escalar”, dijo en la azotea de su estudio en Brooklyn. “El sistema había intentado convencerme de que estaba equivocado y de que querer hacerlo era una enfermedad. Pero simplemente nunca lo creí”.

Las fotos de Isaac Wright comenzaron a venderse por decenas de miles de dólares tras salir de la cárcel.

Este mes, Wright tiene su primera exposición individual en una galería en Nueva York. Un documental sobre él está en proceso.

“Estar encerrado resultó ser un regalo”, dijo. “Fue motivador. No podía comprender la libertad que intentaba expresar hasta que la perdí por completo y me vi obligado a luchar por ella”.

Wright, de 29 años, creció en una zona marginal de Cincinnati. Se enlistó en el Ejército en el 2014.

Tras ser destacamentado al Medio Oriente, el Ejército lo envió a un batallón en Luisiana que acababa de regresar del combate y no contaba con capellán. Siendo sargento de 22 años, asumió las funciones de capellán, guiando a soldados con problemas. En el curso de un verano, cinco miembros del batallón se quitaron la vida.

Wright comenzó a sentir desesperanza. El Ejército le diagnosticó trastorno de estrés postraumático y depresión. Buscaba alivio. Entonces, en el 2018, en Houston, pasaba junto al esqueleto de 75 pisos de uno de los edificios más altos de Texas y saltó una valla metálica.

“Subí las escaleras a la azotea y acabé sentado allí dos o tres horas, solo, contemplando la vista”, recordó. “Y me invadió una ola de catarsis y paz”.

Los fines de semana empezó a burlar a los guardias de seguridad, tomando fotos para capturar lo que experimentaba en precipicios urbanos prohibidos y publicándolas en línea bajo el nombre @driftershoots.

Tras una lesión, el Ejército le dio una baja médica en el 2020. Durante varias semanas, escaló por Texas, California, Michigan y Nueva York. Había un riesgo real. Al principio, mientras escalaba el puente Ambassador en Michigan sobre el Río Detroit, tuvo que alcanzar una fría cornisa metálica y hacer una dominada a casi 50 metros sobre el agua.

“Me vi obligado a tomar una decisión”, dijo. “¿Cuánto lo quiero? ¿Cuánto estoy dispuesto a arriesgar por la experiencia? ¿Cuáles eran las consecuencias de hacerlo, en comparación con vivir una vida sin haberlo hecho?”. Agarró la cornisa.

En el 2020, la policía de Cincinnati descubrió su identidad.

Emitieron una orden de arresto nacional advirtiendo que probablemente estaba armado y era peligroso. Fue capturado en Arizona. Los agentes lo sacaron de un auto apuntándole con rifles de asalto. La fiscalía insistió en una fianza de 400 mil dólares. Incapaz de pagar, Wright estuvo en una celda 23 horas al día durante cuatro meses.

Cuando un juez redujo la fianza de Wright a 10 mil dólares y pudo salir, se enteró de que enfrentaba cargos en Luisiana, Kentucky, Michigan y Pensilvania.

En cuatro Estados, los cargos fueron reducidos a delitos menores o se desestimaron. En Ohio, un juez le concedió una libertad condicional diferida por un delito grave si aceptaba ir a terapia y no meterse en problemas.

Poco tiempo después, las fotos de Wright comenzaron a venderse como NFTs por decenas de miles de dólares. En poco tiempo, ganó unos 10 millones de dólares.

Luego siguió escalando: París, Oslo, El Cairo, Singapur, Kuala Lumpur, China.

Era una violación de su libertad condicional, pero dijo que simplemente no podía parar.

“No podía comprender la libertad que intentaba expresar hasta que la perdí
y me vi obligado a luchar por ella”.

© 2024 The New York Times Company

Únete a nuestro canal de WhatsApp

Infórmate sobre las noticias más destacadas de Honduras y el mundo.
Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias