Investigadores que seguían de cerca la evolución del agujero en el Servicio de Monitoreo Atmosférico de Copérnico (CAMS), indicaron que el fenómeno ahora extinto era algo inusual ya que se descubrió que no fue causado por la actividad humana, sino por un vórtice polar ártico particularmente fuerte.
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“Covid-19 y los confinamientos asociados probablemente no tuvieron nada que ver con esto”, dijo el grupo CAMS en Twitter.
“Ha sido impulsado por un vórtice polar inusualmente fuerte y de larga vida, y no está relacionado con los cambios en la calidad del aire”, asegura el mensaje publicado en la red social.
Con dichas declaraciones se descarta que el confinamiento en cientos de países del mundo, debido a la pandemia de Covid-19, haya sido la razón para la desaparición del agujero.
La capa de ozono se encuentra entre 15 y 35 kms sobre la Tierra. Nos protege de la radiación ultravioleta.