Durante casi tres años Hitler comandó al Tercer Reich desde una vasta red de búnkeres y edificios ocultos en el bosque, cerca de esta ciudad, dirigiendo su campaña bélica y genocida en un cuartel llamado la Guarida del Lobo.
Sin embargo, mientras que Polonia se esforzó muchísimo para preservar el recuerdo de los campos de la muerte nazis, como Birkenau, en gran medida se había perdido el significado de este histórico puesto de avanzada. Arrendada a una empresa privada, la Guarida del Lobo se transformó en un lugar para tomar clases de cerámica y jugar paintball.
Aunque la mayoría de la gente todavía viene por el valor histórico, es poco lo que hay de materiales educativos y, al menos, un signo del pasado es más kitsch que reflexivo: los visitantes pueden ponerse uniformes nazis para posar para las fotografías.
No obstante, el gobierno polaco ahora decidió que la Guarida del Lobo contiene valiosas lecciones de historia que deben preservarse, en especial en medio de los signos de que ideologías derechistas de odio y culpa se están enraizando en algunos rincones de Europa.
Como requisito para autorizar un nuevo contrato de arrendamiento, el Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de Polonia demandó que la compañía que administra el sitio lo transforme en un destino histórico y educativo, con detalladas exhibiciones al aire libre y un museo.
“En este momento, uno no siente la dimensión trágica de este lugar”, comentó Tomasz Chincinski, un historiador que trabaja en el proyecto. “Necesitamos trabajar en formas nuevas de contar la historia, de hacer que las generaciones jóvenes quieran, necesiten aprenderla y comprenderla”.
Complejo
Hitler construyó la Guarida del Lobo como su cuartel general en el frente oriental; cubría más de 243 hectáreas de bosques remotos, que otrora fueron el lugar de las haciendas de los terratenientes de Prusia. El complejo era un mundo autónomo de 200 edificios, incluidos búnkeres, barracas y plantas de luz, que albergaban a 2,000 de los hombres (y unas cuantas mujeres) de Hitler.
En 1945, los alemanes, que retrocedían ante el avance de las fuerzas soviéticas, trataron de explosionar los edificios, con poco éxito. Después de la guerra, Polonia abrió el puesto de avanzada a los turistas, pero hizo poco por educar a quienes lo visitaban y sólo exhibía, principalmente, fotografías de las oficinas que hubo ahí en la época de Hitler.
La desintegración del bloque soviético no cambió gran cosa a la Guarida del Lobo. El recién liberado Estado polaco lo arrendó a una compañía privada llamada Nido del Lobo.
La compañía convirtió los búnkeres en restaurante y hotel, limpió de escombros algunos senderos para los turistas e hizo del búnker que perteneció al general Alfred Jodl – a quien se juzgó en Núremberg y luego se lo ahorcó – en un campo de tiro bajo techo.
Al paso del tiempo, según Jan Oldakowski, de 40 años, un director del popular museo sobre el levantamiento de Varsovia, la Guarida del Lobo se convirtió en “un Disneylandia grotesco”. Aparte del restaurante y el hotel, el sitio está en mal estado. La mayoría de los búnkeres están ocultos bajo alfombras de musgo. Los senderos están en malas condiciones y no son accesibles para los discapacitados.
“El mayor cambio que han introducido en la última década fue colocar un cajero automático”, notó Lukasz Joachymek, de 36 años, quien ha dado visitas guiadas a los turistas alemanes en los alrededores de la Guarida del Lobo durante 11 años, como guía de turistas independiente.
Luiza Jankowska, de 22 años, estudiante de politología, de Gdansk, Polonia, visitó recientemente esta ciudad y dijo que vino porque quería ver el lugar donde Claus von Stauffenberg, un alto oficial alemán, trató de asesinar a Hitler el 20 de julio de 1944.
La decepcionó el estado ruinoso del sitio. No obstante, dijo: “Es fascinante estar en un lugar en el que se pudo haber cambiado la historia de la Segunda Guerra Mundial y, quién sabe, quizá hasta nuestra vida”.
Jan Zaluska, de 65 años, el director del Nido del Lobo, dijo que el sitio está en malas condiciones, en parte, como resultado de años de incertidumbre sobre quién es el propietario del mismo, el condado Ketrzyn o un organismo del gobierno federal que supervisa los bosques. “Se requirieron años para solucionar el asunto”, comentó. “Antes de eso, no podíamos pensar en invertir”.
Propietario
Ahora que se estableció que el organismo forestal es el propietario, dijo, el Nido del Lobo está listo para proceder. Zaluska defendió a la compañía al decir que el sitio de la Guarida del Lobo podría haber sido aún más comercial con otros operadores.
En 1991, una empresa estadounidense propuso construir un casino ahí, dijo, aunque también iba a reproducir la oficina de Hitler. Sin embargo, Zaluska dijo que en febrero, cuando se le otorgó otra licencia por dos décadas al Nido del Lobo, estuvo de acuerdo en respetar la posición del sitio como “un testigo de la historia, un sitio histórico donde se decidió el destino de la Segunda Guerra Mundial”.
La compañía prometió restaurar un cine para exhibir documentales sobre la guerra y está coordinando la construcción de una exhibición permanente al aire libre sobre lo que sucedió en la Guarida del Lobo – programada para inaugurarse en Gdansk en 2014 – con funcionarios forestales e historiadores del museo de la Segunda Guerra Mundial.