Ciudad del Vaticano. El papa Francisco celebra esta semana una serie de reuniones clave en el Vaticano para la reforma del gobierno central de la Iglesia, sacudida por años por intrigas y manejos financieros oscuros.
El grupo de ocho cardenales, encabezados por el hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, designados por el papa Francisco para asesorarlo en la reforma se reunirán del primero al cuatro de julio para elaborar un informe sobre los debates y decisiones tomadas, mientras la comisión cardenalicia de vigilancia se reunirá también para analizar el futuro del banco del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR).
En el avión de regreso de su viaje en mayo a Medio Oriente, el Papa explicó a la prensa la complejidad de la labor que está realizando dentro del Vaticano.
“Los resultados no se ven todavía”, dijo.
En una entrevista concedida el domingo al diario romano Il Messaggero, el Papa contó que el mandato que recibió de los cardenales que lo eligieron en marzo del 2013 al trono de Pedro “no es fácil”.
“Se da un paso y luego resulta que hay que hacer esto y aquello. Entonces en vez de tener un dicasterio (ministerio) hay que crear cuatro”, aseguró.
Según el diario de la capital, el Papa impulsa una verdadera batalla contra la burocracia vaticana, otro de los grandes males de la entidad.
Según el portal Vatican Insider, es posible que el 4 de julio se sepa si algunas de las reformas que habían sido consideradas como hipótesis serán aplicadas.
La prensa italiana sostiene que con la creación de la Secretaría para la Economía, a cargo del cardenal George Pell, muchos asuntos de mala gestión interna tenían que ser racionalizados.
Para agilizar, obtener una mayor coordinación, modernizar y simplificar, además de garantizar la transparencia, Francisco necesita de todos modos conocer a fondo la maquinaria interna, lo que en un año y medio no es posible.