Bajo intensas medidas de seguridad y en medio de la noche, el presidente Barack Obama llegó el martes a Afganistán para firmar un acuerdo que deje claro el compromiso duradero de Estados Unidos con esta nación del centro de Asia, luego de la larga e impopular guerra.
Durante unas siete horas, Obama permanecerá en Afganistán, donde Estados Unidos ha intervenido militarmente desde el 2001, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.
El viaje tiene también un significado simbólico para el presidente como comandante en jefe de las fuerzas armadas.
Le permitiría además mostrar lo que es considerado por la Casa Blanca el fruto de los esfuerzos de Obama en la guerra, con un nuevo objetivo: la muerte de Osama bin Laden, considerado el cabecilla de los atentados.