KIEV, UCRANIA.- Impactantes imágenes satelitales le han dado la vuelta al mundo luego de mostrar el hallazgo de una fosa común de aproximadamente 13 metros de largo excavada en los terrenos de una iglesia en la ciudad de Bucha, recientemente recuperada por el ejército ucraniano.
En dicho lugar se dio el macabro hallazgo de una fosa común con cientos de cadáveres de civiles víctimas de los bombardeos de las fuerzas rusas, las cuales recientemente se retiraron de la ciudad ubicada en las cercanías de Kiev.
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Alrededor de la fosa común, ubicada en los terrenos de una iglesia que permanece abierta, se pudo apreciar una escena de terror con decenas de cadáveres atados de pies y manos sobresaliendo de la tierra.
Las imágenes recopiladas por Maxar Technologies muestran los primeros signos de excavación para una fosa común en la iglesia de San Andrés y Pyervozvannoho All Saints el pasado 10 de marzo.
“La cobertura más reciente del 31 de marzo muestra la tumba con una zanja de aproximadamente 45 pies de largo (13,7 metros de largo) en la sección suroeste del área cerca de la iglesia”, dijo Maxar.
De acuerdo con un empleado de la ciudad, al menos unas 57 personas habrían sido enterradas con poca profundidad dentro de la fosa común.
Macabro hallazgo
Dentro de bolsas mortuorias o portando sus atuendos civiles, muchas víctimas fueron parcialmente enterradas en el lugar.
En la escena se puede apreciar que bajo la tierra emergen en extrañas posiciones una pálida mano, un pie calzado con una bota, quedando expuestos a los copos de nieve que caen sobe la localidad ubicada en las cercanías de la capital Kiev.
La escala de las matanzas aún sigue en investigación, pero la fiscal general de Ucrania, Iryna Venediktova, señaló que se han recuperado los cuerpos de 410 civiles.
El alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, dijo a AFP que 280 cuerpos fueron llevados a fosas comunes porque era imposible enterrarlos en los cementerios que están al alcance de los disparos.
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Serhii Kaplychnyi, un empleado de la ciudad, explica que él y sus colegas ya no daban abasto para enterrar a los muertos durante el breve período de la ocupación rusa.
“Mucha gente murió por disparos o por esquirlas de obuses, pero al principio no se nos autorizaba a enterrarlos” explica a la AFP. “Nos decían que los dejáramos mientras hiciera frío”.
Los rusos acabaron por permitirles que juntaran los cuerpos. “Cavamos un gran fosa con la ayuda de un tractor, y luego los enterramos” recuerda.
Ahora él coordina los esfuerzos para hallar cadáveres en toda la localidad.
Tras la partida de los rusos, los soldados se dan viriles abrazos, la gente hace ondear pequeñas banderas ucranianas y los convoyes de ayuda llegan a la ciudad.
Los empleados de la ciudad no eran los únicos improvisados sepultureros. Varios habitantes hicieron lo posible para proporcionar una sepultura provisional a sus vecinos, en jardines u otros lugares.
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