El motín planificado en la cárcel de Apodaca dejó un saldo de 44 muertos y permitió la fuga de 30 miembros del cartel de Los Zetas.
Rodrigo Medina, gobernador del estado de Nuevo León, informó ayer en rueda de prensa que existió complicidad directa de funcionarios de la prisión.
Asimismo, el funcionario divulgó nombres y fotografías de los fugados y solicitó que “quien tenga información respecto a su paradero nos la proporcione y que la gente participe y colabore”. Una recompensa de 10 millones de pesos, alrededor de 782,000 dólares, será otorgada a quien brinde datos que permitan encontrarlos.
Medina también explicó que el motín fue planeado como una riña entre Los Zetas y sus rivales del cartel del Golfo. La acción había sido preparada con tiempo y se señaló que sin la complicidad de algunos funcionarios “no podría haberse realizado (la fuga)”.
El alcaide, el jefe de seguridad y los 18 custodios de servicio en la sección en la que ocurrió el siniestro se encuentran detenidos y bajo investigación.
En forma de advertencia, Medina aseguró que “caerá el que tenga que caer y pagará el que tenga que pagar”.
Paralelamente, el vocero de seguridad pública estatal, Jorge Domene Zambrano, explicó que los hechos se desencadenaron durante el traslado de un pabellón a otro a horas de la madrugada. Fue en este momento que Los Zetas aprovecharon para atacar a diversos miembros del cartel del Golfo con armas blancas, barras metálicas y piedras.
De la misma forma, el gobierno de México reveló que Óscar Manuel Bernal, apodado “La Araña” y quien al momento de su detención en octubre de 2010 era el jefe de Los Zetas en la ciudad de Monterrey, se encuentra entre los internos fugados.
El conflicto de los carteles de Los Zetas y del Golfo data desde 2010.
