Ciudad del Vaticano.- Mientras la atención mundial se centra en la elección del próximo Papa, en el interior del Vaticano también se cuida otro aspecto clave para el buen desarrollo del cónclave: la alimentación de los 133 cardenales electores.
El menú ha sido diseñado por el médico y nutricionista italiano Giorgio Calabrese, quien adaptó los platos para responder a las exigencias físicas y mentales de los purpurados durante los días de encierro.
Calabrese, asesor científico del Ministerio de Sanidad de Italia, explicó a ACI Prensa que los cardenales enfrentarán jornadas con poca movilidad y alta concentración, debido a las cuatro votaciones diarias que exige el proceso.
Por ello, elaboró un menú equilibrado, sin excesos de grasa ni azúcar, y sin platos pesados como la pasta carbonara o el alcohol de alta graduación.
Un desayuno dulce para activar la mente
El día comenzará con un desayuno enfocado en reducir el cortisol, hormona asociada al estrés.
Se priorizarán alimentos dulces y ligeros: leche parcialmente desnatada, tostadas con miel o mermelada, y bebidas como té o café.
Se evitarán opciones saladas como tocino o huevos, comunes en culturas anglosajonas, por considerarse poco adecuadas en este contexto.
Almuerzos ligeros y energéticos
Para el almuerzo, se ofrecerán platos que aporten energía sin dificultar la digestión.
Entre ellos, pasta ligera con tomate y albahaca, o risotto de verduras o legumbres.
Como segundo plato, carne blanca o pescado a la plancha, acompañados de verduras cocidas o a la parrilla.
La fruta será el postre recomendado y, en algunos casos, se permitirá una pequeña siesta antes de retomar las votaciones vespertinas.
Meriendas sencillas
Durante la tarde, se propondrá una merienda a base de fruta fresca (como fresas, arándanos o frambuesas) y yogurt.
También se ofrecerá té suave, evitando bebidas que puedan alterar el sueño o generar nerviosismo.
En la cena:
La cena será especialmente ligera, dado el desgaste mental acumulado. El menú sugiere opciones como jamón cocido, salmón ahumado, pescado, sardinas, atún, acompañado de quesos frescos como el mozzarella.
Se evita cualquier plato pesado o con salsas intensas.
En cuanto al consumo de alcohol, se autoriza un vaso de vino, preferiblemente suave, como el Moscato.
Para los cardenales con intolerancias, se prevé el uso de productos sin gluten, como pasta especial, arroz o quinoa. También se adaptarán las opciones lácteas en caso de alergias.
Aunque Calabrese entregó la propuesta al Vaticano, la ejecución final queda en manos de las religiosas de la Casa Santa Marta, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
Tanto los cocineros como el personal de servicio, transporte y asistencia han prestado juramento de secreto.
La comida, además, solo podrá ser preparada dentro de las cocinas del Vaticano, sin posibilidad de introducir alimentos elaborados fuera, según establece el protocolo del cónclave.
