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“Es un crimen”, dice Maduro sobre sanciones contra Rusia tras invasión en Ucrania

El mandatario venezolano, también blanco de sanciones que buscaron sin éxito sacarlo del poder, habló por teléfono con Putin el martes para expresarle un “fuerte apoyo” en su campaña militar
02.03.2022

CARACAS, VENEZUELA.-El presidente venezolano, Nicolás Maduro, tachó este miércoles de “crimen” y “locura” la batería de sanciones occidentales en contra de Rusia, tras invadir Ucrania hace una semana.

“Es un crimen lo que están haciendo contra el pueblo ruso, una guerra económica”, dijo Maduro, reiterando su apoyo al presidente ruso Vladimir Putin, un importante aliado, en relación con el “conflicto en Ucrania”.

“Los sacaron del sistema Swift, les cerraron el espacio aéreo, les cerraron todos los vínculos comerciales, les cerraron y les prohibieron el uso del dólar, es una locura lo que están haciendo con Rusia”, insistió en un acto transmitido por la televisión del gobierno.

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Rusia ha sido blanco de sanciones económicas por parte de Estados Unidos, Europa y otros países aliados en represalia por la invasión de Ucrania, que buscan castigar la moneda rusa, el sector bancario, las aerolíneas, entre otros objetivos.

“Las guerras económicas deben cesar y deben acabarse en el mundo, los problemas del mundo deben resolverse por la vía diplomática, política, preservar la paz del mundo”, señaló Maduro sin criticar las acciones militares rusas en Ucrania.

De hecho, el mandatario venezolano, también blanco de sanciones que buscaron sin éxito sacarlo del poder, habló por teléfono con Putin el martes para expresarle un “fuerte apoyo” en su campaña militar.

Moscú ha sido un aliado clave de Venezuela desde la época del fallecido presidente Hugo Chávez y siguió con Maduro que, escudado en esta relación, ha podido sortear las medidas punitivas en su contra.

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Chávez (1999-2013) respaldó a Rusia durante la guerra relámpago con Georgia en agosto de 2008 por el control de Osetia del Sur. Tras el conflicto, Moscú reconoció la independencia de esta provincia y la de Abjasia, otra región georgiana separatista prorrusa.

Su gobierno compró además armas y equipamiento militar ruso por cientos de millones de dólares en medio de una bonanza petrolera que acabó en 2014.