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ABC, el único que contó la verdad sobre Chávez

El diario español se convirtió en el referente sobre la evolución de la enfermedad del fallecido presidente venezolano, aunque el gobierno chavista atacaba y desmentía cada una de las notas, mismas que finalmente terminaron siendo confirmadas.

07.03.2013

El gran ego de Hugo Chávez fue probablemente su principal enemigo en la lucha contra el cáncer. Cuando hace un año, en enero de 2012, ABC publicó que los médicos le daban aproximadamente doce meses de vida si continuaba rechazando un adecuado tratamiento, Chávez aún tenía tiempo de reaccionar.

Sin embargo, Chávez despotricó contra “ese periódico de Madrid” el día que, a comienzos de 2012, ABC publicó que al presidente venezolano le quedaba un año de vida, de acuerdo con información de los propios médicos a la que, por personas interpuestas, este diario ha estado teniendo acceso. Desde aquel día, el gobierno no ha ahorrado críticas a este medio por exclusivas la mayoría de las cuales el mismo régimen chavista luego ha debido confirmar.

Primero, próstata

A Chávez se le diagnosticó primero un cáncer de próstata. Había estado año y medio notando síntomas propios de esa afección, como incontinencia urinaria, pero los ignoró y no acudió al servicio sanitario a su disposición en la sede de la Presidencia. Solo a raíz de otras molestias, como dolores en la rodilla, debido a la presión del tumor sobre el nervio ciático, le llevaron finalmente a aceptar una intervención.

Al primer médico al que acudió fue al español José Luis García Sabrido, que ya había atendido a Fidel Castro y fue recomendado por éste. García Sabrido acudió a Caracas en enero de 2011. En su examen de la próstata detectó el cáncer. Una segunda opinión fue reclamada al Hospital Sirio-Libanés de Sao Paolo, donde fue tratado de cáncer el presidente brasileño Lula. El diagnóstico fue el mismo, y al final Chávez decidió ser operado en Cuba.

El pasado 29 de noviembre, por ejemplo, ABC publicó que Chávez había tenido una recaída del cáncer en la zona pélvica, el rabdomiosarcoma que padecía. Desde las elecciones del 7 de octubre, el presidente venezolano había desaparecido de la vida pública para concentrarse de nuevo en sus problemas de salud, que había podido ocultar a los electores, a costa de una campaña electoral muy reducida y gran cantidad de esteroides.

Cuando unos días después apareció, en aparente buen estado de salud, hubo quien dudó de lo publicado. Pero el propio Chávez se encargó de verificarlo: el 8 de diciembre anunció que iba a someterse a una cuarta operación por la recaída del cáncer en la zona pélvica.

Pérdida de la voz

La exclusiva más llamativa, por lo arriesgada que parecía la afirmación, fácil de contradecir si no era cierta, era la de que Chávez había perdido la voz. La información médica recabada, publicada el 9 de febrero, era que durante los tratamientos las cuerdas vocales del presidente habían sufrido un daño irreparable. Fue una información con enorme trascendencia, porque si Chávez no podía hablar se derrumbaban las afirmaciones de los ministros sobre sus diálogos con el paciente. Pasados los días, el parte oficial tuvo que admitir que Chávez tenía “dificultades para hablar”. El vicepresidente Maduro remataría diciendo la pasada semana que el líder se comunicaba por señas “y otros métodos que ha ideado”.

Primero ABC habló de que a Chávez se le practicó una traqueotomía tras la última operación, y luego el gobierno anunció que el presidente tenía una cánula traqueal. Hace una semana, este diario dijo que al dirigente bolivariano le habían diagnosticado una tumoración en el pulmón, y el lunes el ministro de Comunicación confirmó la “nueva y severa” complicación respiratoria.

En este tiempo también ha habido algunas predicciones que no se han cumplido, aunque no referidas a la evolución de la enfermedad sino a las intenciones cambiantes del gobierno.

En alguna ocasión pareció que se iba a producir un anuncio de incapacidad para la presidencia. En realidad, las luchas internas por la sucesión entre Maduro y el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, y los intereses de los cubanos a favor del primero explican bandazos a veces difíciles de interpretar.

Los últimos reportes

Cuando el pasado 29 de noviembre, ABC publicó otra exclusiva al anunciar que a Chávez se le había reproducido el cáncer en la misma zona donde ya había sido operado previamente, esta noticia fue confirmada días después por el propio Chávez, en su última aparición pública antes de ser intervenido por cuarta vez en Cuba, el 11 de diciembre.

Una infección respiratoria y otras complicaciones postoperatorias acabaron por definir un cuadro ya irreversible. El largo posoperatario consumió la corta revitalización que se esperaba de la intervención y que debía al menos permitirle jurar el cargo.

Cuando la infección se superó, el cáncer ya había vuelto a crecer demasiado, esta vez con una rápida tumoración en el pulmón.

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Para el narcisista, morir es impensable

La personalidad de Hugo Chávez complicó el proceso de su enfermedad, según apuntan los especialistas. “Para el narcisista consumado, la muerte es impensable. Chávez no cederá fácilmente a la enfermedad”, advertía un estudio elaborado hace unos meses por un especialista en psiquiatría que ha trabajado para agencias de seguridad estadounidenses. “Encarar la muerte puede en algunos casos acelerar el calendario del líder narcisista sentado con su corona sobre la tumba”, señalaba, apuntando que a Chávez le costaría “ponerse a un lado, pues no puede concebir Venezuela sin él como líder”.

Del presidente venezolano sorprendió la apariencia de fortaleza que en muchos momentos llegó a transmitir, lo que contribuía a sembrar dudas dentro y fuera de Venezuela sobre la gravedad de su cáncer. “Una persona con un componente paranoide clarísimo se crece ante las circunstancias”, opinaba hace un año Joan Janáriz, oncólogo español, uno de los expertos consultados desde entonces por este diario.

“Ya me gustaría ver lo que se pone antes o después de sus apariciones públicas: es un quemar las naves”, advertía.

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