La ex primera dama de Honduras, Nora Gúnera, advierte que el triunfo del Partido Nacional en los comicios generales de 2014 depende de la transparencia con que se realicen las elecciones internas de este 18 de noviembre.
El candidato que surja producto de un fraude perderá las elecciones generales, dice la también ex candidata presidencial del Partido Nacional y miembro del buró político del movimiento Por mi País, que postula a la presidencia a Miguel Pastor.
Fuera del apasionamiento partidario, Nora Gúnera responde en la siguiente entrevista para EL HERALDO.
¿Cuál es su opinión acerca del actual proceso electoral primario dentro del Partido Nacional? Creo que es un proceso difícil, hay siete aspirantes a la candidatura que están obligados a demostrar su ética, a actuar con transparencia, que no haya dinero de por medio, que no exista la compra de credenciales y que gane el que el pueblo nacionalista decida en las urnas.
¿Qué pasaría si estas elecciones son fraudulentas?
Yo le puedo asegurar que si hay fraude, el candidato ganador perderá las elecciones generales en 2014. Ocurrió en el pasado cuando a Miguel Pastor le hicieron fraude en las elecciones internas de 2004, su gente no quiso ir a votar en las generales. Hay nacionalistas que a estas alturas todavía guardan resentimiento.
A su juicio, ¿los nacionalistas no apoyarán a ningún candidato que gane irregularmente? Mire, el pueblo nacionalista está desencantado. No ha tenido oportunidades en el presente gobierno y después de los hechos del 28 de junio de 2009 ha perdido credibilidad en los políticos. Trabajo ha costado volver a convencer a una inmensa mayoría para que apoyen a nuestros precandidatos. Ahora la gente humilde no es borrega ni se pone en fila para que le ordenen por quién tiene que votar. Ahora analizan y estudian a la gente.
Y, desde luego, que no aceptarían otra burla más. Por eso digo que el ganador de las elecciones del 18 de noviembre debe resultar de un proceso limpio, transparente, producto de la voluntad de la mayoría y no de la imposición y del fraude, que son acciones que ya no son aceptadas por el pueblo hondureño.
¿Qué piensa usted de la campaña sucia? Pienso que no es correcto el ataque entre uno y otro contendor. Aquí nos conocemos todos, nadie que tenga techo de vidrio puede acusar a otro de corrupto. Cuando existe este tipo de campaña, cuando se ataca a un nacionalista se denigra y se calumnia, la gente se resiente y no va a votar en las elecciones generales. En esto deben tener mucho cuidado los actuales aspirantes del Partido Nacional.
Los analistas estiman que será difícil que el Partido Nacional logre la unidad después de las internas debido a la rivalidad existente entre grupos de poder en el PN. ¿Usted qué cree?
Pienso que la unidad dependerá, e insisto en esto, de que las elecciones sean limpias, que no haya ayuda ni del Tribunal Supremo Electoral, como en otros tiempos, ni exista compra de mesas electorales ni de delegados a las mesas. Recuerdo las negociaciones que se dieron en noviembre de 1997 cuando perdí las elecciones presidenciales por manipulación en el Tribunal Nacional de Elecciones y porque hubo gente de mi partido (Nacional) que negoció el poder con el candidato del otro partido. Espero que no se repita esta situación.
¿ A cuenta de qué tienen que reunirse cúpulas de los partidos para escoger a fulano y a mengano como los próximos candidatos para la presidencia de la República? Porque lo que harían es destruir los partidos y provocar que el pueblo se desencante aún más y busquen profetas y redentores en otras corrientes políticas e ideológicas.
A propósito de nuevas corrientes, ¿piensa usted que muchos nacionalistas desencantados se unirían a los nuevos partidos?
No podemos negarlo y no podemos darnos el lujo de que por conductas negativas de nuestros líderes, un partido como el Nacional se quede como un cascarón.
¿Qué aconsejaría al candidato que surja de las elecciones internas del Partido Nacional?
El candidato nacionalista que surja de las elecciones internas debe procurar la unidad granítica de partido para ganar las elecciones generales, rodearse de los mejores hombres y mujeres y preparar una propuesta de gobierno que sea creíble y factible de concretar. No debe hacer ofertas demagógicas, porque le recuerdo que el pueblo dejó de ser tonto, ya no vota por figuras ni por banderas sino por las mejores propuestas.
