En reunión privada, el presidente Porfirio Lobo Sosa se reunió el miércoles con el senador estadounidense Robert Menéndez.
El encuentro se llevó a cabo en la embajada estadounidense, aunque esa sede diplomática dijo desconocer la agenda del funcionario en el país.
Menéndez es presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos. Su gira por Centroamérica fue con el objetivo de revisar los resultados de los programas de cooperación que impulsa su país.
Menéndez se enfocó en revisar los resultados de los programas auspiciados mediante la Iniciativa de Seguridad de Centroamérica (Carsi).
Días atrás se informó que el presupuesto propuesto por el Departamento de Estado para 2014 reduce la ayuda para Colombia y México, al tiempo que aumenta los fondos para Centroamérica.
En su solicitud de presupuesto al Congreso, el Departamento de Estado asignó $323 millones para Colombia, una disminución de $61 millones en comparación con el 2012.
Un total de $205 millones se destinaron a México, una disminución de $124 millones en comparación con 2012.
Mientras tanto, los fondos asignados a Carsi aumentaron en $26 millones hasta $161,5 millones.
El aumento de los fondos a Centroamérica refleja un aumento del narcotráfico y el crimen en la región, se informó.
Menéndez llegó a Honduras procedente de El Salvador y luego viajará a Guatemala.
Los tres países conforman el denominado Triángulo Norte y son los más golpeados por la violencia.
De los tres, Honduras enfrenta niveles desbordados de criminalidad, con una tasa de homicidios en 2012 de 85.5 por 100,000 habitantes.
En la gestión Lobo Sosa se registran más de 22,000 homicidios. El promedio diario de homicidios se mantiene en 19.
Nicaragua, país vecino que también es usado como puente del narcotráfico, tiene una tasa de homicidios de apenas 13 por 100,000 habitantes.
Honduras enfrenta la vorágine de violencia con una policía corrupta, que no ha sido depurada por el gobierno. Desde que la sociedad exigió la depuración policial, a finales de 2011, apenas siete policías han sido destituidos.
La propia Secretaría de Seguridad, con Pompeyo Bonilla al frente, reconoció la incapacidad para despedir a los policías y oficiales corruptos, en parte por la debilidad en las leyes aprobadas por el Congreso Nacional para ese fin.
Menéndez reiteró su apoyo a la democracia hondureña y al fortalecimiento institucional del país.
En la reunión además participaron la embajadora de Estados Unidos, Lisa Kubiske, el nuevo ministro de Seguridad, Arturo Corrales y el presidente del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández.