Honduras

La niña que hizo llorar a JOH

La pequeña Damaris Samaí López Quintanilla, de 10 años de edad, conmovió durante su intervención en la ceremonia de traspaso de mando presidencial.

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27.01.2014

Damaris Samahí López Quintanilla estila sencillez y talento. No parece que tuviera ocho años y que cursara el quinto grado.

Sin embargo, su inocencia la traiciona a veces. No obstante, esta fue la fórmula perfecta para arrancarle las lágrimas al que desde ayer se convirtió en el hombre más poderoso del país, el presidente Juan Orlando Hernández.

Damaris fue por un instante el centro de atención en la toma presidencial cuando, minutos antes de prestar juramento, Hernández degustaba un tradicional desfile típico de su natal Lempira y Damaris subió al estrado presidencial para entregarle un reconocimiento.


“Estamos muy orgullosos de que el presidente de nuestro país sea un indio de Lempira”, comenzó diciendo Damaris, con lo que le robó la primera sonrisa al presidente Hernández.

El mandatario recibió el reconocimiento, luego, ambos, él y Damaris, se fundieron en un abrazo y le dijo, con un gesto paternal: “muchas gracias, mamita, muchas gracias”.

Damaris anunció que le cantaría. Y así lo hizo. Pero mezcló la música con poesía, la cual declamó sin tapujos ni vergüenza, desde corazón, y le recordó al mandatario sus raíces, suficiente para quebrantarlo.

Hernández sacó un pañuelo blanco de su saco de vestir y limpió sus lágrimas. Lo guardó. Y sin pensarlo, el Presidente de nuevo sacaba su pañuelo para secarse, otra vez, sus lágrimas. Esta vez conservó el pañuelo en sus manos, por si acaso.

Damaris cursa el quinto grado en la escuela Guía Técnica Número 15 Juan Lindo, de Gracias, Lempira. Tiene cuatro hermanos: Pedro David, Norma Elizabeth, Marieli y Sady.


“Hace cinco días supe que tendría la posibilidad de cantarle al Presidente, le cambié la letra a una canción y después fue fácil aprendérmela”, dijo.


“Estoy muy feliz porque le pude cantar al Presidente de nuestro país, no lo conocía, antes solo lo había visto por televisión”, dice al mismo tiempo que en su rostro se dibuja una sonrisa, una de esas llenas de satisfacción, orgullo y cierta picardía.


Sus padres son: Pedro López y Evelin Yaneth Quintanilla. Ellos poseen un negocio de venta de ropa, calzado y plástico en el barrio Villas del Rosario de Gracias, Lempira.


Se le preguntó a Damaris de qué hablaron los pocos segundos que tuvieron ella y el presidente Hernández después de cantarle, y respondió que “me dijo que me iba a apoyar”.

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