Las acciones violentas que se han registrado en el Centro de Internamiento de Menores Renaciendo, en Támara, demuestran que los internos mantienen el control en su interior.
Para evitar que se registren enfrentamientos en los centros se buscan mecanismos encaminados a mantener la gobernabilidad.
En el centro Sagrado Corazón, ubicado en la colonia 21 de Octubre de la capital, hay 27 niñas internas, las que en algún momento han protagonizado actos vandálicos, pero han sido controladas.